...y entonces, te susurré: te quiero.
Y seguiré haciéndolo durante mucho tiempo, pero no podemos seguir con esto - proseguí -.
Y seguiré haciéndolo durante mucho tiempo, pero no podemos seguir con esto - proseguí -.
Pero tú, como siempre, hiciste caso omiso a mis sentimientos y corriste a lidiar el dolor con otro; como si de un vino barato se tratase. Ese que a la larga acaba teniendo el mismo efecto, mas nunca termina sabiendo igual...
Y dime, amor, ¿cómo puedes dormir por las noches diciéndole a él lo que me decías a mí?
No hay comentarios:
Publicar un comentario