Qué gratuito y sencillo resulta conocerse a día de hoy.
Estoy seguro de que dentro de mi cabeza ese es un motivo para echar el freno. No quiero volver a eso, a dejar al resto de lado por satisfacer los deseos de alguien que no sé cuanto tiempo permanecerá a mi vera. No quiero volver a caer en eso y dejar a un lado mi amor propio, a dejar tantas y tantas cosas atrás que, personalmente, me han costado tanto conseguir. Sé que estoy capacitado para dedicarme a mí y a otra persona, que ahora soy más fuerte mentalmente, pero sufro pánico. Me voy por las ramas. Calma. Y es que se me hace complicado desahogarme en torno a esto. Se me nubla la vista, se me olvidan las palabras... Es una situación extraña. Llevo un año entre vaivenes y chicas pasajeras, con un interludio en el que una de ellas decidió sacarme de mi cauce y convertirse en alguien más especial que eso. Pero aquello quedó muerto. Ambos sabemos el porqué y entendimos que era lo mejor. A día de hoy me encuentro en una situación que no he forzado ni buscado yo. Llevo un par de meses así, desde que ocurrió aquello; en las fiestas de Les Corts, cuando apenas nos conocíamos mas que de entablar un par de vocablos en el bar. Desde entonces, el lidiar con esto me hace exprimir el hipotálamo hasta límites incluso dolorosos. Insisto, hacía más de un año que no me sentía así por nadie. Por nadie.
Supongo que el verla a diario influye demasiado. Pero, yo, que soy alguien complicado, no idealizo el que sea tan único para ella. Y más sabiendo la cantidad de "don nadies" que tiene detrás, a los que ella ignora, no sé si por mí o simplemente porque quiere. Llegar a clase, sentarme e intentar ignorarla; aun sabiendo las ganas que tengo de hablarle, me mata. Como queriendo que crea que ya no me interesa y así se canse de mí para que sea todo más sencillo. Sin embargo, como es costumbre, ella acaba sacándome una sonrisa y alguna palabra. Siempre acabamos hablando de todo. Me dejo llevar, es inevitable. No sé si es lo correcto, lo único que sé es que no puedo pararlo.
Mi yo "overthinking" tiene la idea de ignorarla - a saber por qué -. Quizá es el miedo, insisto, o que todavía no me veo preparado para querer entregar una parte de mí a otra persona. Estoy tan prendado de la soledad... Ella se ha abierto a a mí, tiene claras sus directrices, y ha hecho hincapié en repetidas ocasiones de las cosas que la he hecho sentir. Ni falta hace decir que yo he hecho lo propio. No quiero entrar en nada en concreto, pero lo que me ha demostrado, sobre todo algunas noches aguantando lo imbécil que soy, es digno de creer que me quiere. Sin embargo, me desencajan un millón de acciones que anulan esas demostraciones de querer anteriores. Tal vez debería hacerla caso y volver al tópico de vivir más y pensar menos en el que tanto me insiste, pero es tan fácil decirlo y difícil ponerlo en práctica... Mi coraza sabe que un sí o un no tiene sus miles de "peros y porqués" detrás, y yo soy de los que les da más vueltas que nadie antes de decantarme por nada. Sé que eso es lo que me destruye, me quema y mata por dentro, pero es inevitable. Su mente me seduce, me hipnotiza, tiene un tacto con las personas que yo jamás he visto. Va ligado de lo sensible e inocente que es, y es por ello que me atrae tanto. Siempre he tenido debilidad por las personas fuertes mentalmente pero que se delatan débiles. Quiero añadir que, este mes de vacaciones y transición, ha dado mucho de sí. Ha servido para que piense en esta situación y me sitúe, ya que el verla a diario me tenía en un intríngulis. Aunque teníamos acordado el vernos durante estas fechas, decidí irme lejos de mis hábitos diarios. Prefería no seguir alimentando todo lo que nos ampara y pensar un poco en mi situación actual. Ahora llevo un par de días de rutina volviéndola a ver cada tarde. Todo sigue igual, la situación me encanta, y me encanta ella, pero me deshace por dentro.
Vivo una disyuntiva diaria que me gusta y a la vez detesto. No sé como acabará esto. Solo sé que ella es puro amor y quiero disfrutarlo, y mi puto cráneo no me deja. ¿Cómo describo el sentimiento de querer seguir disfrutando de la soledad pero con ella si no es así?
Soy demasiado exigente. A veces incluso pienso que no hay nadie predestinado a comprenderme y compartir mis días y, quizá sea por eso acabo cansándome de todo y buscándole defectos. Y es que siento celos en ocasiones y, a su vez, estoy tranquilo. Eso no me ocurría con nadie desde hace muchísimo, por la confianza que me transmite, y ganarse mi confianza no es moco de pavo. Pero también sé que aunque sea la segunda persona que me ha hecho sentir especial en ese sentido durante este último año, esto no es amor ni creo que llegue a rozarlo algún día. Más que nada porque, siendo sensato, ahora no tengo el deseo interno de exclusivizarme a ella y lo sabe sobradamente, entre otras cosas por lo ocurrido la última noche, en la que demostró más que yo - para qué engañarnos -, y yo solo hice deleite de lo gilipollas que puedo resultar a veces.
La culpa no es suya, pero si reacciono así ante impulsos, por muy ebrio que vaya o deje de ir, es por una motivación interna inconsciente, así que tampoco debería sentirme del todo culpable y más sabiendo que no es nada mío. Entre eso y otras cosas que ella ni si quiera sabe, imagínate.
Insisto, me encanta, pero hay infinidad de cosas que me echan y echaban para atrás sobre su personalidad y su manera de actuar también. Es pequeña y debo ser consciente de ello, no puedo pedirle que desarrolle su mentalidad como yo quiero para satisfacerme, pero ese no es el problema.
Con todo lo que ha hecho por mí en tan poco tiempo lo podría pasar por alto de cara al futuro. Lo que pasa es que estoy enamorado del desamparo.
Es como quererla queriéndola querer pero sin querer quererla por querer quererme y no cerrar ninguna otra puerta. Dadle vueltas... Es egoísta, lo sé. Es tan imposible entenderme y vivir en mi conciencia..., lo cual hace que le dé más valor a que ella no quiera cansarse de mí.
Preferiría ser como los demás, como mi entorno; asqueable y despreocupado, y estar entregándome en cuerpo y alma a otra persona por muy repugnante que sea y sin pensar en todo lo demás. Lo único que sé a ciencia cierta a día de hoy es que, cuando me besa, toda esta mierda mental se anula como si nada hubiese ocurrido, mas luego mi cabeza se enfervoriza el doble por ella.
Bendito caos,
¡hostia puta!
¡hostia puta!

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