lunes, 6 de noviembre de 2017

ELE al cuaDraDo

Empiezo escribiendo esto sin mucho sentido, desde la más remota ignorancia podría decirse. Y es que apenas llevo aquí poco más de cuatro meses. Suficientes como para que esté postrado ante mi escritorio relatando estas líneas e insuficientes para tantas y otras cosas que quedan por venir...
Podría tomarte como punto de partida en un sinfín de cosas que me has devuelto y no te imaginas, entre las que se encuentra estar ahora mismo haciendo una de las cosas que más me llena y tenía dejada de lado por falta de motivación: escribir.
Dejándome de rodeos... estoy aquí ahora mismo más por ti que por mí; por el día que es y su importancia y lo que va a suponer para ti y se te viene a partir de hoy.
No puedo ser plenamente consciente del trayecto que has recorrido para llegar hasta aquí porque no he estado, mas supongo que no habrá sido fácil, pero tengo claro que quiero estar en el que recién comienza ahora durante un largo tiempo.
Echando la vista atrás, quién nos iba a decir que a estas alturas seguiríamos aquí y de esta forma... 
Quién nos iba a decir que, desde aquella noche del 24, yo sería una excepción tras tanto tiempo de una cosa que no suele ser habitual en ti y solo el destino sabe por qué tuvo que ocurrir así, y que para mí ibas a ser lo contrario a todo lo que estoy acostumbrado y suele interesarme...
Son tantas cosas en las que me paro a pensar que se me pasa el tiempo... y más que pasarse prefiero que se me pare. Que se me pare como cuando estoy contigo a pesar de lo contradictorio que es decírtelo sabiendo que el tiempo me vuela cuando nos vemos; porque no te imaginas las cosas que debo agradecerte y lo bien que me haces sentir. 
Sentir que cada noche voy a dormirme con tu cariño a través de nuestras llamadas por "Skype" o nuestras despedidas interminables y levantarme con la ilusión y las ganas de leerte nada más abrir los ojos o sentir el impulso de querer hacerlo yo. La sensación de calmarme a pesar de que haya tenido el peor día del mundo o me haya levantado con mal pie. Y buscarte, como si fuese ya rutina, pero rutina de esa de la buena.
Eres un salvavidas para mí por tantas cosas que no te haces a la idea... 
Ni si quiera llegas a imaginarte una pequeña parte de lo que me haces por dentro en todos los sentidos y no podría describirte solo con palabras. 
Incluso me lloran los ojos al escribir todo esto...
No te voy a mentir ni a pretender que me creas, pero llevaba bastante tiempo sin sentirme si quiera parecido, si es que alguna vez he llegado a sentirme así, porque ya no sé...
Pero, te lo he dicho infinitas veces: creo y sé que eres lo que merezco. Por eso sigo aquí a pesar de todo.
Por todo lo que estamos y hemos luchado que no quiero que sea en vano, por la confianza desbordante que me haces tener en ti y a la que no estoy acostumbrado en tan poco tiempo. Porque yo no quiero una persona más para tener ahí por tenerla y porque me haga sentir un par de escalofríos de vez en cuando físicamente y pensar un poco más de la cuenta. Yo he remado mucho para llegar al punto en el que estoy de mi vida y tengo las cosas bastante claras (otra cosa es que luego me salgan mejor o peor), pero nunca había llegado a plantearme tantas disyuntivas buenas desde hace tantísimo tiempo que me asusta.
Yo necesito y quiero una persona que sea fiel a mí, y no me refiero simplemente a serme fiel en el sentido banal, sino que sea alguien dispuesta a compartirse conmigo, a cuidarme sin excederse y a que me deje hacerlo, a preocuparse por mí cuando lo necesite, a estar en los momentos buenos pero sobre todo en los malos y, entre muchas otras cosas, que esté ahí conociendo y viviendo mi presente sin juzgar mi pasado. Y, esa, ahora mismo eres tú, pequeña.
He estado esquivando y evitando tantas cosas durante tantos años, que al final las cosas tarde o temprano te acaban dando en la boca. Y me he tenido que topar contigo de bruces para darme cuenta de que yo también merezco las cosas buenas de la vida en ese sentido.
Estoy cansado de detestar el amor y a las parejas del siglo XXI, y mirar a todas las personas que se tienen unas a otras con repudia y desgana porque yo no he tenido tanta suerte. Y estoy cansado de que cada vez que se presente una persona en mi vida en este sentido acabe convirtiéndose más en expectativa que en realidad.
Pero tú me has hecho traspasar tantas fronteras de mis embrollos mentales que estoy dispuesto a enfocarme y compartirme contigo en ese sentido aun sin saber lo que va a ocurrir...
Hoy por hoy, soy plenamente seguro de que eres la "luz" que necesita mi vida para alumbrarme el recorrido. Ese camino que casi siempre suelo abordar solo y a oscuras porque así lo he querido por alejarme de todas estas cosas, pero, creo que ha llegado el momento de ponerle fin a eso. Al menos es lo que ahora me pide tanto la cabeza como, de vez en cuando, algo que se encuentra un 'pelín' más abajo.
Qué irónica la vida cuando a alguien tan oscuro por dentro por experiencias de las que no te haces una mísera idea se le cruza alguien llamada "Llum" para hacer que ignore todo eso y empiece a ver las cosas con claridad. Desprendes tanto brillo y ya no solo por el nombre... que me contagias.
Creo que el sufrimiento de todos estos años al fin y al cabo merece una recompensa, y creo que estoy preparado para afrontar un montón de muros que me he ido creando por el camino y conocerte. Conocerte exclusivamente a ti y entrar en trance para que deje de pensar en los porqués de las cosas. Sobre todo conocerte y disfrutar por el camino, porque casi todo para mí termina siendo un juego para no hacerme daño y no lo hago.
Quiero perder en ese juego contigo, es más, creo que ya he perdido, y es en lo único que voy a hacerlo - eso tenlo claro -. 
Me has quitado las ganas de seguir pensando y calcular todo para no dolerme por si te vas para que predomine el sentir. Y lo siento, pero ya no hay marcha atrás...
Te miro y veo a la persona que quiero que esté ahí cuando esté mal, a la que quiero que me ayude a transformar mi carácter difícil y a superar las complicaciones del mañana. Eres esa persona que quiero que me acompañe en cada logro de mi vida porque me da lo esencial e incluso más de la cuenta para seguir respirando inconscientemente más que pensar en cómo hacerlo por si me olvido y me sale mal. Me ayudas a ver las cosas buenas de la vida que merezco y generas en mí una motivación por tener ganas de vivir y hacer las cosas que creo que siempre he debido hacer en vez de dejarlas pasar por pensar que yo no merezco nada bueno por mi pasado.
Me das vida, pequeña. Y yo no he tenido más ganas de otra cosa jamás que de querer vivir de verdad.
Quiero volver a hacerlo, y si tengo a alguien que creo que puede darme todas esas cosas que me hacen sentir tan extraño y a la vez bien por dentro, por qué no iba a dejarme llevar?
No quiero que sigas pensando o dubites creyendo que eres inferior a nadie que pueda rodear mi vida por ser diferente a lo que estoy acostumbrado. Precisamente eso es lo que me gusta de ti, que hayas llegado a romperme en tantos sentidos siendo tan distinta.
No quiero que creas que a la primera de cambio voy a cansarme de ti por tu forma de ser y tu carácter complicado o que esté haciendo esto para que cuando seas para mí ya me de igual todo. Creo que te he demostrado que estoy dispuesto a lidiar con cosas que no suelo hacer y a intentar comprenderlas porque sé que va a valer la pena.
Y estoy convencido de que lo mejor por el momento es priorizar tu bienestar y lo que va a ser duro vivir para mí, al menos durante estos días, antes que ser egoísta y hacer lo que realmente quisiera hacer. Yo quiero que tú estés bien porque me importas y no quiero fastidiarte un día tan importante para ti por esto ni que lo hagan por la otra parte. Y si eso implica tener que aguantar un poco más, lo voy a hacer.
Al fin y al cabo decida lo que decida a estas alturas sería hacerme daño por una cosa u otra porque yo decidí arriesgarme con todo lo bueno y no tan bueno sabiendo lo que había, y te dije que gane o pierda prefiero hacerlo dejándome el alma y todo el cuerpo dentro y no quedarme a medias con la cabeza solamente.
Ya te lo he dicho, nadie me había hecho tragar el orgullo de esta manera cuando amenaza con irse cuando está conmigo o de mi vida a pesar de que lo haga por mi bien. Te lo juro que me destrozas solo de pensarlo.
Quiero que confíes en mí al igual que yo quiero hacerlo contigo en todos los sentidos y obviar esas inseguridades que no dependen solo de nosotros porque todavía no nos conocemos tanto.
No necesito venderte nada con palabras, solo quiero que dejes pasar el tiempo y lo veas con tus propios ojos. Es más, tú misma lo dijiste: el último día solo con verte tenía el corazón a mil revoluciones. No puedo fingir todas estas cosas incontrolables que me están sucediendo contigo y todavía no sé muy bien por qué. 
He llegado al punto en el que creo que por una parte te empiezo a querer y por eso me dueles. Pero que me duelas por esto todavía es buena señal, porque sé que lo que me pasa dentro no es ninguna tontería.
Cuando llego a este punto tengo las cosas demasiado claras como para dejar pasarlas por un simple calentón o momento de debilidad. Tú sabes que tengo una parte de mí que he pulido durante todos estos años y me encanta sacar en ocasiones (así te conocí), porque a todos en algún momento nos gusta sentirnos deseados por nuestros miedos e inseguridades. Y yo la he desarrollado en el sentido de que casi cada noche es un juego para mí que va más allá de todo lo que puedo conseguir o hacer y no me aporta nada. Es un desafío en el que me pongo a prueba a mí mismo en un juego mental en el que casi siempre gano yo y acabo consiguiendo lo que quiero, y eso es un poco detestable, pero me ha hecho sentir bien momentáneamente y olvidar lo negativo en muchas ocasiones. Mas si tengo a alguien que me desea y me quita todos esos miedos esa parte de mí desaparece porque no la necesito.
Pero eso no quiero que te lo creas, ni que te de miedo dar el paso por esto, ni que estés preocupada cada noche que vaya a salir. Yo he estado muy tranquilo estas últimas veces que lo he hecho la verdad, pero quiero que lo veas con tus propios ojos cuando esté cada día haciéndote la niña más feliz del mundo y echándoselo en cara a todas las que vengan a intentar impedirlo.
He peleado con un millón de pensamientos y tragado con cosas que no me apetecían y no sé por qué me ocurren por esto como para tirar todo por la borda. Porque eres lo que quiero y nada más.
Y ahora voy a ser el más egoísta del mundo diciéndote esto, pero...: no estoy dispuesto a imaginarme un día en el que ya no hablemos, en apartarme por mis pensamientos o por no dolerte más de la cuenta o que me duelas a mí y saber que has decidido seguir no siendo del todo feliz por el miedo a sufrir y a cambiar las cosas que mereces en tu vida. Es que ya no quiero. Sería tan absurdo todo lo que hemos hecho hasta ahora que no voy a permitir un segundo más el verte triste o rodeada de peleas por muchos días buenos o dudas que tengas.
Ambos sabemos qué es lo que tú mereces, aunque ninguno lo podamos mirar de forma objetiva (tú porque lo sientes y yo porque soy el beneficiado), pero con lo poco que sé, no puedo dejar que sigas prolongando una agonía que tarde o temprano te repercuta en tu vida si es que no lo hace ya.
Quiero que seas libre, libre conmigo, y por eso te dejo esto escrito para siempre.
Te juro que tengo la esperanza puesta en todo esto. 
Supongo que estas cosas acabaremos por controlarlas con el tiempo, pero no te haces ni la más remota idea de lo que es levantarme y que, lo primero que haga, antes incluso que abrir los dos ojos, sea ir a coger el móvil para abrir tu conversación con la alegría de que me hayas puesto algo. Que cada vez que me escribes cuando llevo rato sin estar pendiente del teléfono porque no me apetece se me ponga una sonrisa de oreja a oreja y me brillen los ojos al ver que se pone en primer plano la burbuja de 'chat' de "Mi mamishuula". Levantarse cada mañana suspirando por dentro un: "ay, es mi niña y todavía estoy a salvo con ella", y desde luego verte esa carita de guapa que me llevas y confirmarlo. El ver esa sonrisa cuando me miras con los ojitos más bonitos que se me han cruzado y saber que en parte es por mí me alegra la vida y me da todo lo que necesito para seguir adelante y que estés a mi vera. 
Es pasar un día contigo y las endorfinas, la serotonina y la dopamina me revolucionan el cuerpo.
Porque cada día que hemos pasado juntos ha sido cada vez más especial y bonito y se me acumulan más cosas: a pesar de las ideas que traía en mente, de hacernos daño involuntariamente en ocasiones y de estar rato sin dirigirnos la palabra y enfadados. Porque los sentimientos o lo que sea que existe entre tú y yo hacen mella y eso quieras que no es lo que me salva. Me salva el no aguantarme las ganas por dentro ni un segundo de acariciarte, darte un beso o preguntarte si estás bien pese a mi orgullo. El ver que, a pesar de las expectativas que traemos y nuestras dudas, nos miremos a los ojos y sintamos que somos lo que necesitamos el uno del otro. 
Porque me rompe por dentro y no me apetece estar mal un segundo contigo.
Y cuando nos evadimos y nos olvidamos de que existe cualquier problema por miedo a todo y nos dedicamos a darnos cariño me compensa cualquier cosa.
Es lo que quiero cada día de mi vida. Ver esa sonrisa cada puto día y ser feliz; esa sonrisa me hace la persona más feliz del mundo ahora mismo, y quiero que cada día de tu vida la tengas en la cara puesta porque es lo que mereces. Y sobre todo levantarme cada mañana y poder verla a mi lado nada más abrir los ojos. 
Cómo voy a tener un día malo si me veo reflejado en esos ojitos y sabiendo que la sonrisa más inocente y genial del mundo es para mí...
Porque me duele en el alma saber también lo que has tenido que aguantar y que has soportado más de lo que deberías por cómo eres, y no me apetece que lo pases mal ni un solo día más del resto de los que te quedan.
Quizá la manera de haberme entrometido en todo eso que tenías no fue la más correcta, tampoco la culpa fue mía del todo, pero, si te digo la verdad, no hay un solo segundo en el que me arrepienta de haber aparecido en tu vida y que cambies lo que tienes (que solo sé lo que es en base a lo que me has contado y visto y sé que en el fondo tampoco es tan malo) por lo que te quiero dar yo.
Quiero estar todos los días buenos y malos a tu lado, superar los obstáculos que conforman el evolucionar y crecer y hacerlo juntos, y destrozar los malos momentos que se nos presenten de la mano; incluidas las peleas que podamos tener por malentendidos porque no todo puede ser perfecto. Pero vamos a intentarlo; a intentar dejar boquiabierto al mundo y que nos envidien de lo que nos vamos a querer, y que se queden confundidos viendo que hasta lo peor que nos pase termine con nuestros besitos que lo arreglan todo.
El resto me da igual, pero quiero que nos envidien mucho.
Al final las personas somos felices con menos de lo que pensamos, y ahora mismo, parte de culpa de la mía la tienes tú.
Nos pasamos la vida buscando la forma de serlo y complicándonos-la sin darnos cuenta de que las cosas más inesperadas son las que más terminan por sorprendernos. Te juro que estoy aquí por esto: por ti, por mí, por un posible nosotros... por todas las cosas que estamos pasando sin que seamos conscientes... (que son seguro más de las que sí somos) Literalmente llevo muchísimo tiempo sin sentirme así, y sé que todavía me miras dubitativa cuando te digo que eres todo lo que necesito ahora mismo, pero es la verdad; tan real como todas las cosas que me haces sentir por dentro y fuera cuando me miras y oigo tu voz que me encandila y me hace olvidar todo lo malo de este mundo o que he pasado. Como todas mis lágrimas derramadas por lo bueno y lo malo o mi corazón acelerado cuando te siento cerca. Sé que has venido con todo lo que tienes detrás encima, con esa mochila que te pesa por todo lo que has pasado y no quieres mostrarme, que te ves pequeña a mi lado para muchas cosas y eso te atemoriza, pero yo estoy dispuesto a compartir esa mochila cuando el tramo se te haga pesado sin que tú sepas que, probablemente, me ilusiona el hecho de que seas una excepción de todo que quiero comprender en todos los sentidos habidos y por haber. No tengo ni puta idea de por qué has venido así a hacerme esto (tampoco quiero saberlo)
Tú lo llamas destino, yo prefiero dejarlo en que es lo que tenía que ocurrir. Todas las cosas que hemos soportado y pasado en tan poco tiempo para llegar aquí me parece que tienen un motivo. No me preguntes cuál ni por qué, de lo único que estoy completamente seguro es de que has venido para hacerme mucho bien, pequeña.
No creas mis palabras, insisto. Al fin y al cabo las palabras son solo eso: palabras.
Cree en mí, mis actos y mis gestos. Creo que no se me iluminaban tanto los ojos desde... mejor dicho, creo que nunca se me han iluminado tanto los ojos como cuando te miro y me sonríes y no puedo disimularlo. Esa sonrisa me vuelve putamente loco. Es un balazo en cada órgano vital que me fascina por el sacrificio que estamos haciendo para conseguir todo esto.
Se me pasan tantas cosas por la cabeza en ese instante...
Se me acaba el aire cuando estoy contigo y tú me lo das.
Eres un “huracán” de sensaciones y yo un puto “desastre”, pero creo que a todo eso le queda más bien poco, o al menos, vamos a ser tan capaces de generar una simbiosis entre dos cosas tan dispares que nos vamos a hacer tanto bien mutuamente que nos va a dar hasta miedo.
Pero, qué gracia tiene la vida sin el miedo?
El miedo a arriesgarte, a dar un paso hacia adelante sabiendo que las cosas van a cambiar a pesar de nuestros pensamientos y de lo difícil que es tanto para ti como para mí... Cuántas cosas de las que teníamos miedo a que ocurrieran han sucedido ya y mira dónde seguimos... No quiero continuar pensando en ello, simplemente quiero dejarme llevar contigo hasta donde duela, pero hasta donde duela de quererte. De momento te quiero para mí. Para cuidarte, para mimarte y para darte más besos por todo el cuerpo de los que te han dado en toda tu vida.
Porque la cabeza me dice por dentro que si el día de mañana vas a estar un solo instante mal, yo también. No voy a dejar que eso ocurra. Y si tiene que ocurrir, antes prefiero estarlo yo que lo estés tú.
Alguien tan preciosa no puede pasarlo mal ni un solo segundo... Quiero verte y pensar cada día en lo afortunado que soy. Mirarte de lejos mientras te veo venir y decir: Joder, esa es mi niña, y es la más bonita de todas... Creo que me tiraría toda la noche escribiendo un montón de cosas que seguramente no tienen un porqué. Te diría millones de tonterías que prefiero sentir que decirte o que tú sientas que me ocurren a mí, o podría seguir siendo repetitivo que aun así no me cansaría de insistir en lo magnífica que eres...
Haría tantas cosas contigo y por ti. Y las vamos a hacer... Vas a ser mi flor particular. A una flor hay que regarla y darla cariño a menudo. Eso es lo que tú necesitas y lo que me apetece darte. No puedo prometerte nada porque entramos en el dilema de que nada es exacto y pueden cambiar tanto las cosas que sería una pena, pero lo único que sí te puedo asegurar es, que si todo sale como tiene que salir, voy a ser el chico más feliz y envidiado de todo el mundo y me voy a encargar de que todos sepan lo feliz que me haces tú.



Pero ya basta de hablar de todo lo que nos envuelve, yo estaba aquí por ti. Porque a pesar de que no fuese el motivo principal por el cual empecé a relatar esto, es un resumen de lo que te espera y lo que ya existe. Lo que ocurre es que no tengo tantos conocimientos sobre tu persona y tus experiencias ni hemos vivido tantas cosas en este lapso de tiempo como para empezar a recordarlas. Sí que hemos intensificado estos meses con esto: con nuestros secretos, nuestra manera de jugar y con todo el riesgo que eso conllevaba. Me he divertido y disfrutado muchísimo pese a los malos ratos con el sentir de por medio. Y las veces que nos hemos visto ya cuentan para el recuerdo de las cosas que vamos a compartir.
Pero todavía nos quedan tantas cosas a partir de hoy, que espero que dentro de un año esté sentado aquí escribiendo, con propiedad y conociéndote, lo que significa que cumplas años a mi lado y recordando lo vivido. 
Y es que cuando el "destino" y la ilusión de ambos quieren que estas cosas sucedan, al final creo que recordaremos toda esta mierda como algo que habrá valido la pena para encontrarnos donde nos encontremos el día de mañana.
Ya no puedo sacarte de la cabeza ni de mi vida, y espero que celebres cada cumpleaños a partir de ahora conmigo presente.
No me cansaré de repetirte que los mejores días están por venir. Ahora todo lo ves como algo nuevo e ilusionante por lo que significa la mayoría de edad, pero en el fondo tampoco es tan así. Eso lo irás descubriendo tú e irás aprendiendo sobre la vida conforme pasen los días. Esos días que quiero compartir contigo a medida que veo que creces y vas cumpliendo todas tus metas mientras permaneces a mi lado.
Hoy es uno de los primeros; de los más importantes que están por llegar. Hoy empiezas a ser libre y a depender solo de ti. De ti y de nadie más aunque cueste asimilarlo. Y yo quiero compartir esa libertad contigo mientras te haces mayor y te conviertes en quien tú quieres ser sin depender de lo que te han impuesto hasta ahora.






Desde la más remota inopia e incertidumbre por descubrir quién eres, te deseo que pases el mejor cumpleaños que hayas tenido hasta ahora, y que a partir de hoy, empieces a ser quien tú quieres ser y seas feliz en todos y cada uno de tus días y sentidos de tu vida.

Felices 18, amor.



😍😚 x millones. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario