Suena a plenilunio "Victoria", canción de Keny Arkana; una de esas sonatas que años atrás fueron himno para alguna de mis noches de escribir todo lo que mi cabeza contenía.
Estoy en vilo, de vuelta a mi propio charco repleto de bruma y pensamientos turbios, haciendo lo que más me gusta.
Decidí apartarme de esto por mis experiencias, una vez más...
Porque al fin y al cabo siempre todo me sale mal, o mejor dicho: no como espero, aunque también es lo gracioso de la vida, y, pese a que escriba por y para mí (frase que ya voy a transformar en un clásico de mis escritos), la motivación que me acontecía por aquel entonces, decidió evaporarse sin motivo...
Todo eso quedará en la inopia y en entredicho, porque no soy alguien que hurgue en el pasado cuando le decepcionan más de una vez. No soy como el resto. Sencillamente, soy un cobarde, o, que no me gusta hacer el tonto ni apostar más de la cuenta por algo que no tiene sentido, más bien.
Escogí apartarme, porque escribir me llena pero a la vez me vacía, me encoje el alma sensible que atesoro y no estaba dispuesto a yacer sobre esa mierda de nuevo.
Distanciarme fue la solución.
A pesar de todo no he dejado de escribir, de hacer breves escritos o desnudarme con frases o pensamientos que me envuelven durante mis días. Simplemente quise alejarme de todo esto, pasar a un segundo plano.
Me fui. Me fui a un lugar - mentiría si digo que mejor - pero un lugar, cuya paz y tranquilidad eran el pan de cada día.
Estuve allí, intentando volver a mi yo de antaño; intentando recuperarme, pero, a quién voy a engañar... jamás voy a volver.
He vendido mis principios para sobrevivir.
Abiertos los ojos, quise adaptarme. Quise hacer llevadero todo lo que se me hacía nuevo.
Me fui lejos, pero lejos de todo. No solo físicamente, sino de todo lo que abarcaba mi vida: de la inercia, de mis pensamientos anteriores...
Volví. Volví más perspicaz que antes de irme, pero no de la manera que intentaba reencontrar en mí.
Volví, más observador que antes, más inteligente y más pasota. Dichoso remedio.
Estudié las circunstancias. Decidí pasar de todas las opiniones, hacer en cada ocasión lo que me apetecía... (jamás he sido alguien que se adapte a las masas)
Seguí observando. Me integré. Incluí aquello que había dejado hace muchos años, aquello que un día me las hizo pasar canutas, pero hoy, corren otros tiempos menos complicados para todo eso...
Me disfracé de la edad que no me corresponde; aunque tampoco creo que sea cosa de la edad, pero me metí donde ya no me toca. De nuevo...
Me cansé de escuchar consejos. De tener en la oreja a los de siempre con los mismos comentarios pensando que me volvería a perder. Y eso me demuestra que ni quien más me conoce lo haga realmente.
- Sé lo que hago - respondía siempre (si es que lo hacía)
Me volví un manipulador benevolente. Con un motivo: divertirme pero sin molestar a nadie. Para volver a ganar yo.
Tenía claro que quería volver a mis 16. Ahora tengo un control sobre mi persona que antes no tenía. Y lo tenía claro. Quería pasar por ello de nuevo pero con lo aprendido.
Y es sencillo. Es muy sencillo rodearte de gente tan simple que solamente tiene una preocupación e interés en la vida.
Aquello pintaba bien. Quise seguir jugando a ser un niño, en parte, porque a mí me robaron una parte de adolescencia, y ahora la estoy recuperando. De distinta manera. Pensando. Porque cuando eres un chaval todo es mucho más simple. Te ampara la ley, te protegen tus padres y no piensas ni en porqués ni consecuencias...
Pero ahora me pongo a prueba con un reto mucho más complicado.
Complacer a chavales de una capacidad todavía en pañales sobre la vida que creen que saben todo; los mismos que se toman la molestia de intentar darme lecciones cuando lo único que hago es hacerme el incomprendido.
Ay, la vida triste. Los niños del barrio que se ven en la cima a edades tempranas. Los mismos niños que crees que tienen todo y son plenamente felices con sus colegas y solo están buscando una manera de evadir sus complejos.
Estoy con ellos casi a diario. Los veo en grupitos de veinte como mínimo. A alguien común le extrañaría o envidiaría la capacidad social que amparan, pero, cuando los veo a todos juntos, los veo solos. Estoy con ellos y me siento solo.
Solo veo intereses. Unos a otros haciéndose jugarretas cuando se supone que minutos antes eran los mejores colegas de la faz de la tierra. Mintiéndose y ocultándose cosas a espaldas. Pero el interés es mucho más amplio. Y con la droga de por medio se multiplica.
Al mismo que defienden previamente luego tachan de algo negativo. Y así funciona todo esto, simplemente tienes que saber vivir con ello.
Y, quién me dice a mí que cuando no estoy presente no hagan lo mismo conmigo? por su puesto, está claro que lo hacen. Porque he visto hacerlo a todos y cada uno; a algunos que luego parecen y dicen que son los mejores amigos del mundo.
¿cómo no lo iban a hacer conmigo si la mitad me importan lo que viene siendo nada y tampoco es que lo disimule?
Pero que aprovechen, que aprovechen ahora. Ojalá yo hubiese sabido pensar a su edad. Los veo tan perdidos, como me perdí yo en su día, solo que ellos se lo toman a cachondeo como si todo lo que les ocurre no fuese tan grave. Como si las drogas y los líos en los que se meten no tuviesen importancia.
Me ven tan cambiado que no me toman en serio cuando me tomo la molestia de advertirles, y, lo más triste, es que más de uno sabe cómo fui a su edad. Cómo fui el más gamberro e hijo de puta por aquellos tiempos... pero en cambio, se quedan en lo triste que parezco ahora, sereno, "maduro"... y eso les queda muy lejos todavía. Ellos verán. No soy quién para privarles de lo que quieran. Es su infancia, y yo viví la mía casi como quise.
Solo les falta tiempo. Tiempo para darse un par de hostias bien grandes y saber que la vida no es solo esa mierda que les rodea.
Ahora se ven como reyes. Se ven en la cima por mover y por pegar y timar a cuatro chavales, pero dales un par de años, que pocos de estos permanecerán juntos.
La mayoría rozan los 18, el límite del todo y el nada, y muchos de los mismos, que hace poco lo rebasaron, hoy en día se sienten todavía más orgullosos de sacar pecho por ser así y flirtear con el peligro.
Para hacer todas esas cosas que tanto anhelaban y de las que pronto se cansarán si no les come la vida. Porque los 18 tampoco son ningún límite de nada. Puedes entrar en asociaciones, en discotecas... pero para la vida seria tampoco son gran cosa. Ya ni mención hago a todos los chavales que son mucho más jóvenes que eso y están sueltos por ahí haciendo lo mismo, pero esto es un 'ghetto' (o más bien dicho, un lugar donde todo lo que se aprende entre una panda de pringados que se creen los reyes de un barrio de pantomima se mezcla)
A la mayoría de todos estos no les distingue de una persona que no cree en sus habilidades sociales y tiene fobia de tratar con la gente. Solo les diferencia una cosa: su habilidad para tratar con las personas sin que les afecte. Y yo soy de las que tienen capacidad para ambas: para tratar con las personas y para que me afecten sus gestos y acciones.
He visto a críos saludar a cinco personas en cada esquina de mi barrio pero luego no salir con nadie. Porque están solos.
El panorama es una selva. Los cachorros cada vez crecen antes. Con 12 años ya están inmersos en toda esta mierda, y teniendo hermanas pequeñas la verdad que me asquea. Me apena, me entristece. Y a la vez, me enorgullece. Tuve suerte. Tengo una buena familia con unas directrices bastante claras y distintas que las de todos estos críos.
Los he observado a todos durante estos meses, expectante, y debo deciros: que casi ninguno me aporta nada. No aportáis nada a mis días.
He tenido que estar tardes enteras que me han pasado volando sentado en un banco, viendo la indisposición y la falta de ganas de vida e intereses que tienen. He tenido que fingir que me caéis bien, daros la mano y saludaros como si me importaseis. He tenido que dejarme vacilar por niñatos solamente para darles el capricho de sentirse superiores, pero la mitad no valen un "chavo". No daría la cara por ninguno de ellos.
No os debo nada y no quiero que me debáis nada a mí porque solo habéis sido palabras durante un tiempo necesario. Palabras incumplidas e intereses. Y yo callo y finjo. Pero también callo y observo. Pero, digamos que así funcionáis todos. ¿Por qué yo no?
La diferencia es, que a vosotros os absorben las drogas y el entorno; yo todo lo que hago es plenamente consciente y premeditado. Y no necesito depender de todo eso como si no hubiese mañana.
A los hechos me remito.
Tan solo sois marionetas movidas por alguien que os impone más respeto del que imponéis vosotros o intentáis ir de algo que habéis visto por ahí que mola mucho. Y ya sé de qué palo vais todos y cada uno de vosotros.
Estoy deseando que llegue Agosto con ansias para perderos de vista a la gran mayoría. Septiembre volverá y todo será distinto.
Yo no prometo nada, no soy del rollo que vais por la vida si no sé si voy a poder cumplirlo, pero os aseguro que, durante todo este tiempo, pocos habéis tenido la mala fortuna de saber quién soy, pero yo sí sé quién sois casi todos porque sois transparentes. Y sois todos iguales.
Por algo me fui. Y me fui para bien y con la mentalidad limpia, pero pensar que iba a regresar para lo mismo... qué poco me conocéis y qué orgulloso estoy de que sigáis sin hacerlo.
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