viernes, 1 de enero de 2016

Au revoir

Quiero, y creo que aunque vaya en contra de mis estándares, considero el día de hoy tan importante como para compartir una reflexión sobre este año que voy a dejar atrás. Y qué coño, ya que estos días me he abstraído y despejado bastante escribiendo, me apetece.
Se me hace extraño echar la vista atrás y ver con quién y cómo lo empecé y con quién y cómo lo termino.
Todavía en vísperas de la entrada del 2015, recuerdo las perturbaciones que por aquel entonces me atemoraban y los objetivos que quería alcanzar durante este año. 
Es irónico pensar en las vueltas que da la vida en tan solo 365 días. 
Pero, dejando a un lado lo que quiera que hiciese hace un año por estas mismas fechas, quiero hacer hincapié en lo que me ha acontecido durante el transcurso de todo este 2015. 
Cayendo en lo tribal, quiero decir que, para mí al menos, ha sido un año duro; por no decir durísimo.
Pasé lo que pasé durante 8 o 9 largos meses asfixiantes y agotadores, pero ello no me impidió echarle un par para seguir adelante y, gracias a ello, hoy soy más fuerte mentalmente.
Logré gran parte de mis metas fijadas para este año como lo eran: trabajar (aunque fuese brevemente), sacarme mis estudios, curtirme física y mentalmente, y un largo etcétera, pero sobre todo, disfrutar. Y digo disfrutar porque hasta ahora solo me limitaba a ver la vida pasar y a vivir por mero trámite.
He aprendido mucho durante todo este tiempo...
Me gusta que la vida me dé lecciones y aprender a base de golpes aunque sea jodido, pero así se avanza.
No quiero insistir mucho en el mismo tópico, diciendo que lo he pasado mal, que mi año ha sido más duro que el de cualquiera, o que mi vida es una mierda, porque no es así. Aunque sí considero que vivo y he pasado demasiadas cosas no acordes con lo que me tocaba vivir. También sé que es culpa de la mala vida que he llevado y un reflejo de lo que yo he forjado durante todo este tiempo.
Creo que he madurado bastante este año. Y sí, sigo siendo un puto inmaduro en muchos aspectos, pero he adquirido una inteligencia emocional y un saber estar frente a las adversidades que no considero común.
Todavía sigo dándole vueltas a "peros y porqués" más que dedicarme a vivir el momento en algunas ocasiones, aunque cada vez menos. Supongo que eso también es fruto de algunas vivencias. Y es que por muy fuerte mentalmente que me considere, soy persona, y el miedo es algo común en base a tus propias experiencias.
He aprendido a ser libre, a ser yo mismo y pensar por mí antes que por los demás. A dejar atrás el "qué dirán" y buscar mi propia felicidad antes de confiársela a otra persona.
Además, he entendido que las personas no son etiquetas. Que un amigo es amigo en base a lo que demuestra, no por un "título" otorgado hace tiempo.
Que fastidia dejar a gente atrás por orgullo, pero más fastidia afrontar momentos difíciles y adversidades sin ellos al lado porque simplemente ellos no han querido.
Y no voy a repetir que la mayoría cuando se echa pareja se vuelve imbécil, pero sí, os volvéis; me incluyo, nos volvemos imbéciles.
Supongo que todas estas cosas ya las sé desde hace tiempo, pero este año quizá, las he vivido a mayor escala.
Porque es duro ver como un amigo se va porque se tiene que ir.
Como también sé que el amor duele, y mucho. Y eso lo sé desde el día que dejé de ser feliz y quererme a mí mismo, que por aquel entonces, tenía 16 años.
Mentiría si digo que a día de hoy lo soy, pero al menos ya no estoy triste. Disfruto de todo lo que vivo, pero creo que encontrar tu propia felicidad es un proceso más complejo que decir "soy feliz" o divertirte, y mucho más que decirle a alguien "me haces feliz". En el segundo caso, veo hasta ilógico el depender toda tu felicidad en otra persona. En todo caso, es y debe ser un motivo para multiplicar tu propia felicidad. Pero vaya, yo respeto cualquier filosofía de vida y veo lo más normal del mundo el que, cada cual, piense y viva acorde a lo que uno crea conveniente. Mas no me impide decir, que para mí, es una manera demasiado necia de subsistir.
Volviendo a lo del amor, supongo que este año el estar meses perdido y sintiendo un vacío constante debía ser normal.
Porque no voy a echar la vista atrás, sobre todo hacia algo que ya es irrelevante en torno a mi vida. Porque me enorgullezco de haber salido del bucle, y a día de hoy, sigo pensando que fue la mejor decisión que he tomado nunca aunque en su momento me "doliese".
Eso no me impide ser sensato y decir que, durante los primeros meses tuve recaídas, días de nostalgia, días de odiar mucho y de volver a querer, y días de utilizar a personas para acortar el camino de llenar un "vacío" que debía rellenar por otros medios. 
A día de hoy, puedo asegurar que tan solo me queda más que el recuerdo, y que lo único que quiero es seguir forjando un camino en paralelo, como hasta ahora, con aquello que algún día fue una línea secante. Y seguir en su inopia, por supuesto.
Si bien es cierto que he aprendido muchísimo para mejor de todo aquello, no quiero perder un ápice más de mi vida y de mi tiempo en cosas que no merecen la pena, y no aportan más que demostraciones de maldad, inmadurez y puterío barato. Y decir eso no quita que la agradezca todo lo bueno y malo que me dio en su momento; porque lo bueno lo disfruté y lo malo son experiencias que me han hecho crecer, pero como creí antes de dar el paso, terminar así iba a ser duro pero con el tiempo lo mejor para ambos. No me queda suficiente orgullo para no agradecérselo durante el resto de mis días.

El tiempo lo reinvertí y evolucioné como persona, incluso he desarrollado partes de mi carácter que creía necesarias y había olvidado y, a la larga, sirven para mucho.
Porque también aprendes que no todo el amor es dolor, y que cuando sales de un bache te metes en otro, pero vuelves a disfrutarlo.
Que no todo lo que he vivido este puto año es malo ni mucho menos.
He conocido a personas, me he ilusionado con algunas y he vivido cosas breves pero intensas de las que no me arrepiento. Otras de las que sí y, de algunas, por no decir de la mayoría, he aprendido algo.
He conocido lo que es dejar a una persona especial a un lado por circunstancias, pero a su vez, darme cuenta con el tiempo de que era lo mejor, y ser capaz aun así, de convertirse en alguien inseparable.
He vivido lo que es tener a una de las personas más importantes y que más me llenan a día de hoy al otro lado de la pantalla, y tener que lidiar con hablar cada día con ella mas no poder verla a diario.
Sé lo que es repetir una situación ocurrida hace un año con una compañera de clase, pero cambiando a la protagonista, el lugar, el tiempo y mi situación anímica y personal y, asimismo, sentir cosas que hacía muchísimo que mis endorfinas no experimentaban. Más aún, sabiendo que hace un año fue una situación llevada a cabo más por despecho que por impulso.
Sentir el morbo de llevar eso en silencio, y no entrar en la simpleza de pretextar todo esto a terceras personas, como hace la mayoría, es fascinante. Odio lo típico y que otros formen parte de mis situaciones personales.
He descubierto gracias a ello que soy un enamorado de la soledad, que soy muy exigente y cauteloso, mas eso no quita que me encanten este tipo de situaciones y las disfrute.
He comprendido lo que es quedarse solo y lo que es estar rodeado por centenares según te encuentres, pero ni tanto ni tan poco. Durante este año me quedo con 4 personas, a las que podría llegar a sumar 10.

Y, sobre todo, me quedo con este verano. Porque pongo la mano en el fuego que ha sido el mejor de los últimos años por todo lo acaecido y, en ese momento, era lo que necesitaba. 
Doy gracias a todos los que en 2014 no formabais parte de mi vida y a día de hoy sí, porque algunos sois increíbles. Y a los que se fueron, les deseo todo lo mejor, pero lejos de aquí.
Por último y como mención especial, quiero agradecer a las 4 personas más importantes de mi vida el estar un año más a mi lado: Mamá, Papá y mis dos hermanas, que a pesar de todo, son mi única motivación para seguir subiendo peldaños.
Espero, quiero y os deseo a todos que tengáis un año espectacular, plagado de cosas positivas, y que lo viváis al máximo y a vuestra manera.
Sé que soy complicado, que voy en contra de la sociedad porque no me gusta lo común. Que disfruto más con la mentalidad y la manera de pensar de una persona más que con cualquier otra cosa. Que analizo muchísimo a la gente y me doy cuenta de cosas para las que otros pasan desapercibidas. Que me encanta exprimir el hipotálamo apuntando teorías sobre la existencia y la manera de funcionar del ser humano dentro de esta sociedad. Que no me gusta compartir mi día a día ni fotos comunes con personas como haría cualquiera, exceptuando algunos momentos e individuos que considero merecedores de ser un pequeño aporte de cara a desconocidos. 

Sé que atesoro un caos mental; al que muchos calificaríais de inmadurez simplemente porque no tenéis ni idea, y que pienso y vivo las cosas de una manera no muy entendible. Por eso mismo me considero tan estúpido a la par que muy inteligente, y no lo digo por ser un narcisista. Me baso en opiniones ajenas a mí y doy fe de ellas.
Conocerme es casi imposible.

Aseguraría que solo me conocen en mi casa, y a veces, ni eso. 
Soy así y, lo siento, no pienso cambiar para ser uno más entre tantos.
Amadme u odiadme este año también por ser así, pero yo no pienso alterar mi modo de vida surrealista.


¡Feliz año a todos los hijos de puta que me rodean!

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