El inconformista, siempre ve más allá.
El cobarde, no toma decisiones o actúa por la espalda.
El valiente, las toma de frente, cuando llega el momento y por muy duras que sean.
Por ende, el inconformista valiente, siempre será altamente más gratificado o feliz a la larga por su toma de decisiones que el conformista cobarde.
Esta regla puede ser perfectamente aplicable para el querer.
Por eso, yo, que me considero un valiente inconformista, poco a poco voy viendo que, lo que en un pasado fue una decisión dura de tomar, cada vez me es más gratificante. A parte, dicha gratificación abarca más ámbitos que el del querer solamente. Y esa era la idea que tenía en un principio cuando decidí tomarla.
Por ello, estoy exento de arrepentimiento.
Todo tiene su recompensa en modo karma, pero:
El que no sufre, no gana.
Y el que gana sin merecerlo, tarde o temprano llora.
El que no sufre, no gana.
Y el que gana sin merecerlo, tarde o temprano llora.
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