jueves, 13 de noviembre de 2014

Con la guardia baja disparan los cobardes

Y qué orgullosa tú al verme padecer por ti.
Y cómo te gusta verme así, ¿eh?

Porque negociar una tregua entre "tanto sentir", quizá era demasiado pedir para tu corazón inerte.
Y yo, mientras, abatido; como soldado en batalla, a causa de vuestros disparos a traición.
Pero, olvidas que en toda batalla, las alianzas forzadas también acaban en acto de alevosía...
Será entonces cuando recuerdes las palabras del que, hasta ese momento, creíste tu enemigo y, sin embargo, fue el que te tendió la mano proponiéndote un armisticio.
Ahí será tarde.

Todavía te quiero, pero no te confundas, que ni por un millón de estrellas volvería contigo, pequeña.


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