sábado, 6 de febrero de 2016

Cuestión de labia

La verdad es que este no es uno de los textos que disfrute publicando.
Estas mierdas prefiero guardarlas en mi libreta/bloc de notas o dejarlas deambulando por mi cabeza desinteresadamente.

Soy el primero al que le da igual la opinión ajena desde hace demasiado, pero me apetece apuntalar algo por estos lares aunque me contradiga a mí mismo. 
¿Por qué? Porque en mi blog escribo lo que me sale de... 
(introduzca palabra a su libre albedrío)


Tenéis estereotipado por decreto que un hombre exprese sus sentimientos o detalle su psique es símbolo de debilidad. 
Sufrir es malo, llorar es peor...
...peor es ser un individuo con el cerebro lavado a base de programas que fomentan la incultura, el culto al cuerpo, y son una guía de: "cómo ser el follador más cabrón de España", y, por ende, ser la contraposición de lo que yo hago por el bien de mi paz interna.
Claro que me voy a comer menos coños que cualquiera si mi carta de presentación es esto, porque la mayoría de mujeres son bastante sencillas y, el prototipo estándar de una gran parte de las que ronda mi edad, tarde o temprano termina siendo el mismo pese a negarlo (canalla, caradura, fuerte, sociable...) 

Pero, sin acritud: me como los mismos o más que la media. Esto es así; os guste o no.
Hace bastante que esa no es una de mis metas prioritarias, así que el hecho de no dármelas de desesperado intentando satisfacer mi deseo sexual, día sí y día también, no es algo que me quite el sueño.
Tengo preocupaciones en mi pensamiento mucho mejores que eso.
Alguno se ríe, manifestando la envidia que les concierne porque lo que sale de mi cabeza no saldría de la suya ni en cien primaveras, y lo que no saben es que sus risas en mi conciencia pasan desapercibidas.
La verdad es que el que se ríe aquí soy yo. 

Sin apenas conocerme, la mayoría tenéis una idea de mí de soñador fantasioso. No entendéis por qué escribo y hago según qué cosas, lo cual explica que mi manera de reírme de la vida se escape de vuestro juicio.
Por muy controvertida y chocante que resulte mi manera de pensar, también hago lo mismo que vosotros aunque os parezca inverosímil: Salgo de fiesta, bebo, fumo, follo, flirteo por diversión y me peleo si la ocasión lo merece, aunque no sea algo que disfrute en exceso, mas no me las doy de duro para implantar respeto ante nadie ni fanfarroneo de mis vivencias. Esas cosas no van conmigo.
Pero, mira: además de todo eso, me permito el lujo de creerme que sé escribir decentemente (y digo decentemente porque seguramente me creo mejor de lo que soy realmente aunque tenga gente detrás apoyándome fuerte).
El tener simpatía por las letras no implica que me tosa nadie ni que hable y escriba así frecuentemente, aunque debería...
Me cabreo como vosotros, vacilo más que ninguno y, sobre todo, soy un entusiasta de jugar con el intelecto foráneo teniendo presente lo elemental que es la sociedad actual, sobre todo por las noches. Como soléis hacer vosotros, pero de una manera más ocurrente. 

Para mí no es ningún alarde jactarme de lo que hago salvo en mi círculo por las risas que prosiguen después.
Soy alguien dual, capaz de ser casi la oposición de la humanidad y, a la vez, jugar con esos valores para beneficiarme en diversas ocasiones aunque me desagrade, lo cual considero una cualidad. Como también lo es el que sea capaz de intentar definir un desahogo interior al que muchos no podrían ni ponerle nombre.
Pero si mi propósito no es mantener en mi vida a chicas cuyo pensamiento es el que tiene por decreto esta sociedad, me da igual que una vez me haya aprovechado de las mismas y conseguido todo lo que se puede exprimir de ellas, sepan que esta es otra parte de mí y decidan excluirme de su lista de "empotradores catalogados" por ser lo contrario a su pensamiento previo. No soy un macho alfa que conquista a sus objetivos con onomatopeyas ni al que le interese mantener por mucho tiempo en su vida a mujeres de las que poco más que su superficialidad puede aprovecharse - lo siento -.
Luego lo que piensen los varones también es algo que me despreocupa, ¿creéis que de verdad me muero por tener a cabezas unineuronales a mi alrededor o le doy importancia a lo que puedan decir sobre mi persona? No, "mes amis". 

No quiero a chimpancés fardando de músculo y de todas las chicas que penetran con su insuficiente; a pesar de que hagan alabanzas de lo contrario, miembro viril. Ni a chavales que, en vez de darle vueltas al coco, prefieran hacer apología de la cantidad de "Insta-directs" que huelen a paja desde lejos, "Snaps" subidos de tono y fotos de Whatsapp de juguetes que no se respetan ni a sí mismas tienen. Como si no tuvieran más objetivos en la vida que palpar todos los coños posibles antes de palmar...
A cualquiera de estos les invito a retarme a hacer una comparativa de "a ver quién tiene más vainas de estas en su galería".
Aunque vaya en contra de mi filosofía de vida y pese a que escriba como un amanerado (en vuestra percepción absurda adquirida), igual alguno se lleva una grata sorpresa. 

Si aquí el más tonto hace relojes...



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