sábado, 7 de mayo de 2016

In love but...

"El amor duele

No hay nada más simple y sencillo que eso. Porque el amor conlleva también al desencanto dentro de la misma relación, a las costumbres, a la rutina y al desamor en el peor de los casos y todo lo que eso unifica: las mentiras que se forman, el despecho, el rencor...
Me atrevería a decir, que cualquier persona que haya estado enamorada, lo ha sufrido (otra cosa es que lo exteriorice). 
Yo, lo llevo tatuado a fuego y conciencia, y para mí significa mucho más que dos/tres palabras y el significado liviano de las mismas; lo que hace que no impida que pueda enamorarme de nuevo atraído por ello, como si de droga se tratase, por mucho que se sufra en ocasiones.
El amor siempre "tiene su aquel" áspero de lo bonito y de todas formas engancha sentirlo. Pero ser consciente, y, a su vez, saber disfrutar y afrontar esas adversidades una vez surgen, es ideal. Porque intentar que no se manifiesten es meramente imposible; tarde o temprano suceden, aunque no debería ser así.
La clave está en enamorarte también de los desajustes rutinarios, de la monotonía, de lo que tú consideres defectos en esa persona, siempre que sea saludable. Agradarte lo bueno de ella y disfrutar de lo bello de la relación es muy sencillo.
A una persona no la puedes aceptar al 100% ni quererla del mismo modo todos los días de tu vida, pero debes hallar la forma de que complemente cuanto menos contigo y así quererla, a tu manera, y sino, tomar las decisiones pertinentes para no anclarte a los malos hábitos por costumbre; de ahí entonces es cuando surge el desamor insano, o el bucle del que cuesta muchísimo salir y en el cual sigues metido porque no sabes como dejar atrás. Ese bucle que hace que creas que sigues enamorado y queriendo de la misma manera a esa persona, porque aprecias una cosa buena que anula las treinta que no lo son tanto anteriores por inercia.
A mi parecer, el amor es: volátil, confuso, pero por encima de todo, doloroso y eterno (independientemente de que esté más o menos latente en ese momento). 
Los amores no mueren pero se desgastan; incluso cuando la relación se evapora pasan a un plano distinto con el tiempo y se atenúan, mas nunca se olvidan. Y duelen porque siempre queda algo recóndito que, a menudo, se confunde con la atracción del todavía o las sensaciones pasadas, dependiendo de cada historia.
Tendrías que cambiar mucho tus hábitos y costumbres para que esa persona dejase de interesarte por completo si algún día lo hizo, y, eso, amigos míos, es casi imposible. 
Lo idóneo es saber distinguir si esas sensaciones siguen siendo por amor o por usanza. Saber si compensan lo antecedente o complementan tu presente, y elegir y quedarte con lo que más te aporte en cada momento, o saber sobrellevar un sentimiento distinto al anterior teniendo en cuenta de que seguirá ahí, en la inopia, pero ya no es ni será el mismo ni influyente para tu presente. Y ser capaz así, de saber tratar con tu amor propio o/y actual (en el caso de tenerlo) y anterior de forma sincrónica, y de la manera que cada cual merece para evitar choques que puedan influenciarse entre uno y otro.
Tampoco soy devoto de tópicos como: "los polos opuestos se atraen", y singularidades a la altura de: "prototipos ideales". Pienso que tan solo son argumentos predefinidos socialmente para explicar situaciones y emociones correlativas que tienen una respuesta ambigua y distinta a lo que, para cada uno, representa lo común.
Es mi modo absurdo de ver el amor, vaya. Y es mucho más engorroso que esto. Y duele. Pero si te quedas solo con lo superfluo de la palabra 'dolor', no creo que sepas disfrutar de la vida si no entiendes su trasfondo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario