martes, 16 de agosto de 2022

FELICES 23, PEQUEÑA

Como crisálidas en desarrollo, luces incandescentes y auroras boreales.

En calma cuando estoy contigo. Ataraxia. Como un Patio de colegio en verano.

Barcos a la deriva volviendo a encontrar el rumbo. Con el Mar y belleza del océano de fondo.

Conexiones inalterables que enhebran nuestro pasado con el ahora. 

Granizo en la ventana chocando en medio del diluvio destacando del resto para llamar tu atención.

Queriendo abarcar la sensación intangible de ser perfectos. Imposible. Mas somos el claro ejemplo de que en la imperfección amar también tiene cabida.

Luchamos, porque la vida está hecha para los que no se rinden. Porque tengo ganas de ti.

En la cabeza bombardeos sin sentido. Como misil viajando de un lado al otro de la misma mientras personas se quedan atónitas hasta que amaina la tormenta. La tormenta precede a la calma. Y ahí apareces tú. Con tu forma de ser y de relajar cualquier pensamiento inquieto que me perturbe.

Ante cualquier mal enalteces todas las cualidades que atesoras. Me difuminas. Y haces que me olvide de mi propia existencia. Me evado de la catarsis.

Me declaro devoto de tu forma de ver la vida pasar y me postraría ante ti para adorarte como si estuviese en Bethel. Te admiro.

Cabecita loca que no esconde prejuicios. Inteligencia emocional aniquiladora.

Sin límites, pero con las ideas claras.

Disfrutando cada instante que nos envuelve para grabarlo en la retina. Como si se tratase de una foto que guardar entre Marcos de estaño de por vida.

De la mano a todos lados. Flotando entre algodones viviendo una utopía. Volando a tres metros sobre el cielo.





Mentiría al decir que te quiero no es una realidaD

órbitas albergando la más preciosa miradA

neófito de ti desde que te convertiste en mi leitmotiV

idealizando un futuro cerca de tI

convencido de demostrarte mi lealtaD

amor por ti todos los días de mi vida.



domingo, 20 de marzo de 2022

Ya lloraremos

Vacío el pecho, nublo el corazón, hallé epinefrina para acelerar la presión.
Bombardeo constante al hipotálamo, ritmo cardíaco descontrolado, como Sarajevo en los noventa avasallado. En guerra entre viejos conocidos, cabeza y corazón, desnudo, sin nada, reventando todos mis mitos.
No creo en la suerte ni en los milagros pero vuelvo a tener fortuna. Me lo merezco.
Dosis de realidad. Estoy confuso en este juego perverso pero nos arriesgamos. Apostamos lo poco que nos queda por un halo de esperanza. Porque nunca está de más intentarlo, porque cobarde es el que se va sin luchar contra sus tormentos.
Aquí dentro está todo hecho cenizas, devastado, pero fluímos, porque fuimos algo y ahora somos otra cosa, porque el polvo no retorna a sus orígenes ni se cura de su ausencia, pero se aprende a vivir con ello.
Voy ciego, a trompicones, como si llevase un parche en el ojo con el que pierdo la mitad de la perspectiva, mas la carencia de la misma invita a valorar la visión desde otros ángulos. Nunca vistos. 
Quiero amor, amor del bueno. Amor sano. Incertidumbre en calma. Medicina para paliar el vacío emocional, vitamina, mucha vitamina M con sus efectos adversos incluídos, porque juntos se hacen miseria, porque con comunicación y confianza las adversidades se evaporan y adquieren valor.
Me pega el viento en la cara, como cuando surco las calles yendo a Tívoli en Patinete, me advierte del debacle que sucede siempre cuando voy con todo. Me da miedo, pero no me asusta. 
La mente dando tumbos, intraquila, mas uno se deja llevar cuando al alMa le nace. Porque encajamos. Como los Marcos con las puertas.
El destino es sabio y no se equivoca. Hace sentirmE rico. 
Es ella. Todo lo que vale, todo lo que la envuelve. Es increíble. Toda ella.
Me fascina e impresiona. Es todo a lo que aspiro. Por eso me impone. La libertad con la que baila con su mirada. Cómo me mira.
Como una barca en el Mar tambaleándose con el oleaje cuando te golpea la brisa y el cielo se viste de turquesa. Inestable y tranquila. Pero segura. Y segura de sí misma.
Me lo transmite sin mediar palabra. Aunque somos dos, muy distintos, equidistantes, tan lejos y tan cerca a la vez, como un 29 de febrero, pero nos convertimos en uno cuando chocan nuestros labios. Me contagia su tranquilad con su sonrisa. Esa con la que se le retuercen los hoyuelos y arruga la nariz. Esa que hace que se le acelere la respiración. Me siento como en casa. Todo lo que nos envuelve en ese instante es insustancial.
No exagero. Me vuelvo a vestir de Gala para desempolvar los dedos. Nadie cualquiera haría que estuviese aquí, postrado en mi habitación, con la ilusión y las ganas de escribir de nuevo. Desnudando mi alma otra vez cuando ya no quedaban fuerzas. Y me agrada. Porque todo es nuevo. Porque nunca me han transmitido tantas cosas buenas en tan poco tiempo. Me doy por vencido. Me gusta. Me gusta muchísimo sentirme así, y me gusta, me encanta ella.
Me siento yo mismo, y, a su vez, hace que todos mis traumas se esfumen cuando nos fundimos en un abrazo, porque con palabras me tranquiliza, pero no lo necesito. Solo con verla recuerdo que ahora mismo estoy feliz. Porque la felicidad es efímera y nunca he estado tan cerca de toCarla. Al menos por mí mismo. No dejo de ser yo cuando estoy con ella. Porque puedo serlo. No tengo que recurrir a la mentira ni ser quien no soy para impresionarla. Soy yo, yo con ella, y eso es lo que más valor tiene para mí. Mis inseguridades, miedos y mi pasado no le importan. Seguimos en lucha, pero con ella la batalla la gano seguro. La ganamos.
Es jodido. Si lo analizo en frío es meramente complicado, 
como La iatrogenia, en la que la Vitamina M ahora mismo me salva, mas en cualquier momento puede tornarse en mi contra. Pero estoy cansado de pensar en suposiciones. Ahora mismo su posible veneno me cura. Es medicina efectiva dentro de mi organismo. Funciona, y no quiero desprenderme de ella.
A veces me pierdo, otras me olvido, como si divagase por la jungla(y), sin rumbo y sin sentido, pero sabiendo dónde voy a acabar. Pero quiero dejar la mente en blanco, disfrutar del viaje, de lo bello de cada instante, de lo bueno y lo malo, de lo casual e imprevisto y hacer lo banal importante. Pasito a pasito, como de casilla en casilla, de 6 en 6, con la suerte de mi lado, porque somos débiles y por eso nos aferramos a ella. Pero me sirve. Porque ya no hay marcha atrás, porque no la queremos, por mucho que asuste e imponga. Porque nos han dolido a ambos y ninguno quería esto, pero si tenemos que llorar, ya lloraremos💜







domingo, 31 de diciembre de 2017

La vida está hecha para valientes

Detuvimos el tiempo en el mismo instante que cruzamos las miradas.
Nos metimos en esto sin saber muy bien cómo, pero ahora ya es nuestro.
Luchamos dejándonos hasta la última lágrima, no fue en vano, y aun así esto es tan solo el principio.
Nos arriesgamos. Nos creímos los reyes del mundo jugando a olvidarnos del resto; dichosa sensación cuando te veía postrada en mi cama al desgañitarme por dentro sabiendo que no eras mía.
Ya no te idealizo, ahora te imagino, te pienso y te disfruto.
Me obnubilo con cada centímetro de tu rostro resiguiendo con la mirada cada poro que forma tu cuerpo.
Tengo cosquillas por dentro. Me siento el amo de todo cuando me haces esas cosas sin ni si quiera rozarme, y padezco una sensación similar a estar a punto de desprenderme por un vacío. Llámalo vértigo.
Nos dejamos un montón de cosas por el camino, nos deshicimos de lo malo y nos quitamos la careta. Esa que solemos llevar implícita cada vez que somos nuevos con alguien.
Ahora nos toca jodernos el alma y decirle a la vida que nosotros vinimos a disfrutarla. Nos lo merecemos.
Hemos tocado techo y hemos aprendido de todo esto cada uno a nuestra manera, y ahora debemos poner los pies en el suelo.
Ha sido un año duro para ambos, pero creo que al final hemos enderezado un poco el rumbo. Qué falta nos hacíamos...
La vida es para valientes, pequeña, y nosotros lo hemos sido.
Vamos a demostrarle al mundo, empezando por nosotros mismos, que el amor sensato y bueno existe.
Ahora toca olvidarnos de todo lo malo, intentar comprendernos y querernos más si cabe. Dejar a un lado mis pensamientos y algunos miedos y tú esas cosas que quieres transformar de ti.
Porque es inútil ver cómo nos queremos y nos convertimos en uno cuando estamos juntos si cuando nos sentimos un poquito lejos sacamos esas cosas que no nos gustan de nosotros (aunque por dentro sepamos que los dos somos lo que queremos)
No voy a pintarte este año como el mejor de mi vida, ha sido un poco movido y siguen habiendo cosas que quiero que cambien y que tú me ayudes en este nuevo que comienza.
Sé que contigo el camino va a ser mucho más sencillo, y yo voy a hacer lo propio con el tuyo. Voy a estar siempre apoyándote.
Lo que sí que debes saber, aunque ya lo sabes, es que de la mitad hasta aquí ha sido maravilloso. No cambiaría un solo instante desde aquél veinticuatro.
Lo que una noche cualquiera nos iba a deparar creo que no se lo imaginaba nadie... pero, después de todas las "casualidades" y coincidencias que nos hemos ido encontrando por el camino y todo lo que hemos ido superando juntos, voy a tener que creer un poco más en eso que tú llamas destino.
Hemos superado lo más complicado..., ¿quién nos lo iba a decir?
ahora, solo toca que mantengamos esto que estamos creando, aportando cada uno su granito de arena y haciéndonos bien mutuamente. Y es que creamos una simbiosis casi imposible por no decir perfecta.
Los dos podemos. Hasta ahora hemos sido capaces de todo, solo queda el tramo más largo pero el mejor que nos espera, con sus cosas difíciles por el camino, pero cuando se quiere todo suena más sencillo.
Has derribado mil mitos dentro de mí, me has enseñado a disfrutar más y a pensar menos y a revolverme por dentro.
Has cambiado tantas cosas aquí dentro de las que no eres consciente, que solo por ese terrible miedo te quiero.
Te quiero, por eso y todo lo que haces por mí. Por devolverme las ganas de todo, ilusionarme y darme vida. 
Te prometo que este año va a ser nuestro de una forma íntima, mi vida.
Lo dejo marcado como el comienzo de muchas cosas: de Grecia, de Cuba, de todos nuestros proyectos...
Vamos a ser felices, reina. Vamos a disfrutar juntos.
Nos queda toda una vida a partir de ahora.







                                                                                  


                                     ❤️                                          


                                                                                

domingo, 3 de diciembre de 2017

24.









                                                                                  


                                     ❤️                                          


                                                                                  








Llegamos hasta aquí dejando atrás a la casualidaD
Luchando por ser tú y yo con todo en contrA
Unidos piel con piel siempre ardimos como cóctel molotoV
Mereció la pena esperar por tI
Romperemos juntos las barreras de la química y la felicidaD
Ubicarme en tu pecho como tu mirada en mí esa noche en el cluB
Brújula será necesaria para seguir tus latidos al ritmo del tictaC
Íntimo como cuando anochece Grecia bajo tus pupilas color marróN


lunes, 6 de noviembre de 2017

ELE al cuaDraDo

Empiezo escribiendo esto sin mucho sentido, desde la más remota ignorancia podría decirse. Y es que apenas llevo aquí poco más de cuatro meses. Suficientes como para que esté postrado ante mi escritorio relatando estas líneas e insuficientes para tantas y otras cosas que quedan por venir...
Podría tomarte como punto de partida en un sinfín de cosas que me has devuelto y no te imaginas, entre las que se encuentra estar ahora mismo haciendo una de las cosas que más me llena y tenía dejada de lado por falta de motivación: escribir.
Dejándome de rodeos... estoy aquí ahora mismo más por ti que por mí; por el día que es y su importancia y lo que va a suponer para ti y se te viene a partir de hoy.
No puedo ser plenamente consciente del trayecto que has recorrido para llegar hasta aquí porque no he estado, mas supongo que no habrá sido fácil, pero tengo claro que quiero estar en el que recién comienza ahora durante un largo tiempo.
Echando la vista atrás, quién nos iba a decir que a estas alturas seguiríamos aquí y de esta forma... 
Quién nos iba a decir que, desde aquella noche del 24, yo sería una excepción tras tanto tiempo de una cosa que no suele ser habitual en ti y solo el destino sabe por qué tuvo que ocurrir así, y que para mí ibas a ser lo contrario a todo lo que estoy acostumbrado y suele interesarme...
Son tantas cosas en las que me paro a pensar que se me pasa el tiempo... y más que pasarse prefiero que se me pare. Que se me pare como cuando estoy contigo a pesar de lo contradictorio que es decírtelo sabiendo que el tiempo me vuela cuando nos vemos; porque no te imaginas las cosas que debo agradecerte y lo bien que me haces sentir. 
Sentir que cada noche voy a dormirme con tu cariño a través de nuestras llamadas por "Skype" o nuestras despedidas interminables y levantarme con la ilusión y las ganas de leerte nada más abrir los ojos o sentir el impulso de querer hacerlo yo. La sensación de calmarme a pesar de que haya tenido el peor día del mundo o me haya levantado con mal pie. Y buscarte, como si fuese ya rutina, pero rutina de esa de la buena.
Eres un salvavidas para mí por tantas cosas que no te haces a la idea... 
Ni si quiera llegas a imaginarte una pequeña parte de lo que me haces por dentro en todos los sentidos y no podría describirte solo con palabras. 
Incluso me lloran los ojos al escribir todo esto...
No te voy a mentir ni a pretender que me creas, pero llevaba bastante tiempo sin sentirme si quiera parecido, si es que alguna vez he llegado a sentirme así, porque ya no sé...
Pero, te lo he dicho infinitas veces: creo y sé que eres lo que merezco. Por eso sigo aquí a pesar de todo.
Por todo lo que estamos y hemos luchado que no quiero que sea en vano, por la confianza desbordante que me haces tener en ti y a la que no estoy acostumbrado en tan poco tiempo. Porque yo no quiero una persona más para tener ahí por tenerla y porque me haga sentir un par de escalofríos de vez en cuando físicamente y pensar un poco más de la cuenta. Yo he remado mucho para llegar al punto en el que estoy de mi vida y tengo las cosas bastante claras (otra cosa es que luego me salgan mejor o peor), pero nunca había llegado a plantearme tantas disyuntivas buenas desde hace tantísimo tiempo que me asusta.
Yo necesito y quiero una persona que sea fiel a mí, y no me refiero simplemente a serme fiel en el sentido banal, sino que sea alguien dispuesta a compartirse conmigo, a cuidarme sin excederse y a que me deje hacerlo, a preocuparse por mí cuando lo necesite, a estar en los momentos buenos pero sobre todo en los malos y, entre muchas otras cosas, que esté ahí conociendo y viviendo mi presente sin juzgar mi pasado. Y, esa, ahora mismo eres tú, pequeña.
He estado esquivando y evitando tantas cosas durante tantos años, que al final las cosas tarde o temprano te acaban dando en la boca. Y me he tenido que topar contigo de bruces para darme cuenta de que yo también merezco las cosas buenas de la vida en ese sentido.
Estoy cansado de detestar el amor y a las parejas del siglo XXI, y mirar a todas las personas que se tienen unas a otras con repudia y desgana porque yo no he tenido tanta suerte. Y estoy cansado de que cada vez que se presente una persona en mi vida en este sentido acabe convirtiéndose más en expectativa que en realidad.
Pero tú me has hecho traspasar tantas fronteras de mis embrollos mentales que estoy dispuesto a enfocarme y compartirme contigo en ese sentido aun sin saber lo que va a ocurrir...
Hoy por hoy, soy plenamente seguro de que eres la "luz" que necesita mi vida para alumbrarme el recorrido. Ese camino que casi siempre suelo abordar solo y a oscuras porque así lo he querido por alejarme de todas estas cosas, pero, creo que ha llegado el momento de ponerle fin a eso. Al menos es lo que ahora me pide tanto la cabeza como, de vez en cuando, algo que se encuentra un 'pelín' más abajo.
Qué irónica la vida cuando a alguien tan oscuro por dentro por experiencias de las que no te haces una mísera idea se le cruza alguien llamada "Llum" para hacer que ignore todo eso y empiece a ver las cosas con claridad. Desprendes tanto brillo y ya no solo por el nombre... que me contagias.
Creo que el sufrimiento de todos estos años al fin y al cabo merece una recompensa, y creo que estoy preparado para afrontar un montón de muros que me he ido creando por el camino y conocerte. Conocerte exclusivamente a ti y entrar en trance para que deje de pensar en los porqués de las cosas. Sobre todo conocerte y disfrutar por el camino, porque casi todo para mí termina siendo un juego para no hacerme daño y no lo hago.
Quiero perder en ese juego contigo, es más, creo que ya he perdido, y es en lo único que voy a hacerlo - eso tenlo claro -. 
Me has quitado las ganas de seguir pensando y calcular todo para no dolerme por si te vas para que predomine el sentir. Y lo siento, pero ya no hay marcha atrás...
Te miro y veo a la persona que quiero que esté ahí cuando esté mal, a la que quiero que me ayude a transformar mi carácter difícil y a superar las complicaciones del mañana. Eres esa persona que quiero que me acompañe en cada logro de mi vida porque me da lo esencial e incluso más de la cuenta para seguir respirando inconscientemente más que pensar en cómo hacerlo por si me olvido y me sale mal. Me ayudas a ver las cosas buenas de la vida que merezco y generas en mí una motivación por tener ganas de vivir y hacer las cosas que creo que siempre he debido hacer en vez de dejarlas pasar por pensar que yo no merezco nada bueno por mi pasado.
Me das vida, pequeña. Y yo no he tenido más ganas de otra cosa jamás que de querer vivir de verdad.
Quiero volver a hacerlo, y si tengo a alguien que creo que puede darme todas esas cosas que me hacen sentir tan extraño y a la vez bien por dentro, por qué no iba a dejarme llevar?
No quiero que sigas pensando o dubites creyendo que eres inferior a nadie que pueda rodear mi vida por ser diferente a lo que estoy acostumbrado. Precisamente eso es lo que me gusta de ti, que hayas llegado a romperme en tantos sentidos siendo tan distinta.
No quiero que creas que a la primera de cambio voy a cansarme de ti por tu forma de ser y tu carácter complicado o que esté haciendo esto para que cuando seas para mí ya me de igual todo. Creo que te he demostrado que estoy dispuesto a lidiar con cosas que no suelo hacer y a intentar comprenderlas porque sé que va a valer la pena.
Y estoy convencido de que lo mejor por el momento es priorizar tu bienestar y lo que va a ser duro vivir para mí, al menos durante estos días, antes que ser egoísta y hacer lo que realmente quisiera hacer. Yo quiero que tú estés bien porque me importas y no quiero fastidiarte un día tan importante para ti por esto ni que lo hagan por la otra parte. Y si eso implica tener que aguantar un poco más, lo voy a hacer.
Al fin y al cabo decida lo que decida a estas alturas sería hacerme daño por una cosa u otra porque yo decidí arriesgarme con todo lo bueno y no tan bueno sabiendo lo que había, y te dije que gane o pierda prefiero hacerlo dejándome el alma y todo el cuerpo dentro y no quedarme a medias con la cabeza solamente.
Ya te lo he dicho, nadie me había hecho tragar el orgullo de esta manera cuando amenaza con irse cuando está conmigo o de mi vida a pesar de que lo haga por mi bien. Te lo juro que me destrozas solo de pensarlo.
Quiero que confíes en mí al igual que yo quiero hacerlo contigo en todos los sentidos y obviar esas inseguridades que no dependen solo de nosotros porque todavía no nos conocemos tanto.
No necesito venderte nada con palabras, solo quiero que dejes pasar el tiempo y lo veas con tus propios ojos. Es más, tú misma lo dijiste: el último día solo con verte tenía el corazón a mil revoluciones. No puedo fingir todas estas cosas incontrolables que me están sucediendo contigo y todavía no sé muy bien por qué. 
He llegado al punto en el que creo que por una parte te empiezo a querer y por eso me dueles. Pero que me duelas por esto todavía es buena señal, porque sé que lo que me pasa dentro no es ninguna tontería.
Cuando llego a este punto tengo las cosas demasiado claras como para dejar pasarlas por un simple calentón o momento de debilidad. Tú sabes que tengo una parte de mí que he pulido durante todos estos años y me encanta sacar en ocasiones (así te conocí), porque a todos en algún momento nos gusta sentirnos deseados por nuestros miedos e inseguridades. Y yo la he desarrollado en el sentido de que casi cada noche es un juego para mí que va más allá de todo lo que puedo conseguir o hacer y no me aporta nada. Es un desafío en el que me pongo a prueba a mí mismo en un juego mental en el que casi siempre gano yo y acabo consiguiendo lo que quiero, y eso es un poco detestable, pero me ha hecho sentir bien momentáneamente y olvidar lo negativo en muchas ocasiones. Mas si tengo a alguien que me desea y me quita todos esos miedos esa parte de mí desaparece porque no la necesito.
Pero eso no quiero que te lo creas, ni que te de miedo dar el paso por esto, ni que estés preocupada cada noche que vaya a salir. Yo he estado muy tranquilo estas últimas veces que lo he hecho la verdad, pero quiero que lo veas con tus propios ojos cuando esté cada día haciéndote la niña más feliz del mundo y echándoselo en cara a todas las que vengan a intentar impedirlo.
He peleado con un millón de pensamientos y tragado con cosas que no me apetecían y no sé por qué me ocurren por esto como para tirar todo por la borda. Porque eres lo que quiero y nada más.
Y ahora voy a ser el más egoísta del mundo diciéndote esto, pero...: no estoy dispuesto a imaginarme un día en el que ya no hablemos, en apartarme por mis pensamientos o por no dolerte más de la cuenta o que me duelas a mí y saber que has decidido seguir no siendo del todo feliz por el miedo a sufrir y a cambiar las cosas que mereces en tu vida. Es que ya no quiero. Sería tan absurdo todo lo que hemos hecho hasta ahora que no voy a permitir un segundo más el verte triste o rodeada de peleas por muchos días buenos o dudas que tengas.
Ambos sabemos qué es lo que tú mereces, aunque ninguno lo podamos mirar de forma objetiva (tú porque lo sientes y yo porque soy el beneficiado), pero con lo poco que sé, no puedo dejar que sigas prolongando una agonía que tarde o temprano te repercuta en tu vida si es que no lo hace ya.
Quiero que seas libre, libre conmigo, y por eso te dejo esto escrito para siempre.
Te juro que tengo la esperanza puesta en todo esto. 
Supongo que estas cosas acabaremos por controlarlas con el tiempo, pero no te haces ni la más remota idea de lo que es levantarme y que, lo primero que haga, antes incluso que abrir los dos ojos, sea ir a coger el móvil para abrir tu conversación con la alegría de que me hayas puesto algo. Que cada vez que me escribes cuando llevo rato sin estar pendiente del teléfono porque no me apetece se me ponga una sonrisa de oreja a oreja y me brillen los ojos al ver que se pone en primer plano la burbuja de 'chat' de "Mi mamishuula". Levantarse cada mañana suspirando por dentro un: "ay, es mi niña y todavía estoy a salvo con ella", y desde luego verte esa carita de guapa que me llevas y confirmarlo. El ver esa sonrisa cuando me miras con los ojitos más bonitos que se me han cruzado y saber que en parte es por mí me alegra la vida y me da todo lo que necesito para seguir adelante y que estés a mi vera. 
Es pasar un día contigo y las endorfinas, la serotonina y la dopamina me revolucionan el cuerpo.
Porque cada día que hemos pasado juntos ha sido cada vez más especial y bonito y se me acumulan más cosas: a pesar de las ideas que traía en mente, de hacernos daño involuntariamente en ocasiones y de estar rato sin dirigirnos la palabra y enfadados. Porque los sentimientos o lo que sea que existe entre tú y yo hacen mella y eso quieras que no es lo que me salva. Me salva el no aguantarme las ganas por dentro ni un segundo de acariciarte, darte un beso o preguntarte si estás bien pese a mi orgullo. El ver que, a pesar de las expectativas que traemos y nuestras dudas, nos miremos a los ojos y sintamos que somos lo que necesitamos el uno del otro. 
Porque me rompe por dentro y no me apetece estar mal un segundo contigo.
Y cuando nos evadimos y nos olvidamos de que existe cualquier problema por miedo a todo y nos dedicamos a darnos cariño me compensa cualquier cosa.
Es lo que quiero cada día de mi vida. Ver esa sonrisa cada puto día y ser feliz; esa sonrisa me hace la persona más feliz del mundo ahora mismo, y quiero que cada día de tu vida la tengas en la cara puesta porque es lo que mereces. Y sobre todo levantarme cada mañana y poder verla a mi lado nada más abrir los ojos. 
Cómo voy a tener un día malo si me veo reflejado en esos ojitos y sabiendo que la sonrisa más inocente y genial del mundo es para mí...
Porque me duele en el alma saber también lo que has tenido que aguantar y que has soportado más de lo que deberías por cómo eres, y no me apetece que lo pases mal ni un solo día más del resto de los que te quedan.
Quizá la manera de haberme entrometido en todo eso que tenías no fue la más correcta, tampoco la culpa fue mía del todo, pero, si te digo la verdad, no hay un solo segundo en el que me arrepienta de haber aparecido en tu vida y que cambies lo que tienes (que solo sé lo que es en base a lo que me has contado y visto y sé que en el fondo tampoco es tan malo) por lo que te quiero dar yo.
Quiero estar todos los días buenos y malos a tu lado, superar los obstáculos que conforman el evolucionar y crecer y hacerlo juntos, y destrozar los malos momentos que se nos presenten de la mano; incluidas las peleas que podamos tener por malentendidos porque no todo puede ser perfecto. Pero vamos a intentarlo; a intentar dejar boquiabierto al mundo y que nos envidien de lo que nos vamos a querer, y que se queden confundidos viendo que hasta lo peor que nos pase termine con nuestros besitos que lo arreglan todo.
El resto me da igual, pero quiero que nos envidien mucho.
Al final las personas somos felices con menos de lo que pensamos, y ahora mismo, parte de culpa de la mía la tienes tú.
Nos pasamos la vida buscando la forma de serlo y complicándonos-la sin darnos cuenta de que las cosas más inesperadas son las que más terminan por sorprendernos. Te juro que estoy aquí por esto: por ti, por mí, por un posible nosotros... por todas las cosas que estamos pasando sin que seamos conscientes... (que son seguro más de las que sí somos) Literalmente llevo muchísimo tiempo sin sentirme así, y sé que todavía me miras dubitativa cuando te digo que eres todo lo que necesito ahora mismo, pero es la verdad; tan real como todas las cosas que me haces sentir por dentro y fuera cuando me miras y oigo tu voz que me encandila y me hace olvidar todo lo malo de este mundo o que he pasado. Como todas mis lágrimas derramadas por lo bueno y lo malo o mi corazón acelerado cuando te siento cerca. Sé que has venido con todo lo que tienes detrás encima, con esa mochila que te pesa por todo lo que has pasado y no quieres mostrarme, que te ves pequeña a mi lado para muchas cosas y eso te atemoriza, pero yo estoy dispuesto a compartir esa mochila cuando el tramo se te haga pesado sin que tú sepas que, probablemente, me ilusiona el hecho de que seas una excepción de todo que quiero comprender en todos los sentidos habidos y por haber. No tengo ni puta idea de por qué has venido así a hacerme esto (tampoco quiero saberlo)
Tú lo llamas destino, yo prefiero dejarlo en que es lo que tenía que ocurrir. Todas las cosas que hemos soportado y pasado en tan poco tiempo para llegar aquí me parece que tienen un motivo. No me preguntes cuál ni por qué, de lo único que estoy completamente seguro es de que has venido para hacerme mucho bien, pequeña.
No creas mis palabras, insisto. Al fin y al cabo las palabras son solo eso: palabras.
Cree en mí, mis actos y mis gestos. Creo que no se me iluminaban tanto los ojos desde... mejor dicho, creo que nunca se me han iluminado tanto los ojos como cuando te miro y me sonríes y no puedo disimularlo. Esa sonrisa me vuelve putamente loco. Es un balazo en cada órgano vital que me fascina por el sacrificio que estamos haciendo para conseguir todo esto.
Se me pasan tantas cosas por la cabeza en ese instante...
Se me acaba el aire cuando estoy contigo y tú me lo das.
Eres un “huracán” de sensaciones y yo un puto “desastre”, pero creo que a todo eso le queda más bien poco, o al menos, vamos a ser tan capaces de generar una simbiosis entre dos cosas tan dispares que nos vamos a hacer tanto bien mutuamente que nos va a dar hasta miedo.
Pero, qué gracia tiene la vida sin el miedo?
El miedo a arriesgarte, a dar un paso hacia adelante sabiendo que las cosas van a cambiar a pesar de nuestros pensamientos y de lo difícil que es tanto para ti como para mí... Cuántas cosas de las que teníamos miedo a que ocurrieran han sucedido ya y mira dónde seguimos... No quiero continuar pensando en ello, simplemente quiero dejarme llevar contigo hasta donde duela, pero hasta donde duela de quererte. De momento te quiero para mí. Para cuidarte, para mimarte y para darte más besos por todo el cuerpo de los que te han dado en toda tu vida.
Porque la cabeza me dice por dentro que si el día de mañana vas a estar un solo instante mal, yo también. No voy a dejar que eso ocurra. Y si tiene que ocurrir, antes prefiero estarlo yo que lo estés tú.
Alguien tan preciosa no puede pasarlo mal ni un solo segundo... Quiero verte y pensar cada día en lo afortunado que soy. Mirarte de lejos mientras te veo venir y decir: Joder, esa es mi niña, y es la más bonita de todas... Creo que me tiraría toda la noche escribiendo un montón de cosas que seguramente no tienen un porqué. Te diría millones de tonterías que prefiero sentir que decirte o que tú sientas que me ocurren a mí, o podría seguir siendo repetitivo que aun así no me cansaría de insistir en lo magnífica que eres...
Haría tantas cosas contigo y por ti. Y las vamos a hacer... Vas a ser mi flor particular. A una flor hay que regarla y darla cariño a menudo. Eso es lo que tú necesitas y lo que me apetece darte. No puedo prometerte nada porque entramos en el dilema de que nada es exacto y pueden cambiar tanto las cosas que sería una pena, pero lo único que sí te puedo asegurar es, que si todo sale como tiene que salir, voy a ser el chico más feliz y envidiado de todo el mundo y me voy a encargar de que todos sepan lo feliz que me haces tú.



Pero ya basta de hablar de todo lo que nos envuelve, yo estaba aquí por ti. Porque a pesar de que no fuese el motivo principal por el cual empecé a relatar esto, es un resumen de lo que te espera y lo que ya existe. Lo que ocurre es que no tengo tantos conocimientos sobre tu persona y tus experiencias ni hemos vivido tantas cosas en este lapso de tiempo como para empezar a recordarlas. Sí que hemos intensificado estos meses con esto: con nuestros secretos, nuestra manera de jugar y con todo el riesgo que eso conllevaba. Me he divertido y disfrutado muchísimo pese a los malos ratos con el sentir de por medio. Y las veces que nos hemos visto ya cuentan para el recuerdo de las cosas que vamos a compartir.
Pero todavía nos quedan tantas cosas a partir de hoy, que espero que dentro de un año esté sentado aquí escribiendo, con propiedad y conociéndote, lo que significa que cumplas años a mi lado y recordando lo vivido. 
Y es que cuando el "destino" y la ilusión de ambos quieren que estas cosas sucedan, al final creo que recordaremos toda esta mierda como algo que habrá valido la pena para encontrarnos donde nos encontremos el día de mañana.
Ya no puedo sacarte de la cabeza ni de mi vida, y espero que celebres cada cumpleaños a partir de ahora conmigo presente.
No me cansaré de repetirte que los mejores días están por venir. Ahora todo lo ves como algo nuevo e ilusionante por lo que significa la mayoría de edad, pero en el fondo tampoco es tan así. Eso lo irás descubriendo tú e irás aprendiendo sobre la vida conforme pasen los días. Esos días que quiero compartir contigo a medida que veo que creces y vas cumpliendo todas tus metas mientras permaneces a mi lado.
Hoy es uno de los primeros; de los más importantes que están por llegar. Hoy empiezas a ser libre y a depender solo de ti. De ti y de nadie más aunque cueste asimilarlo. Y yo quiero compartir esa libertad contigo mientras te haces mayor y te conviertes en quien tú quieres ser sin depender de lo que te han impuesto hasta ahora.






Desde la más remota inopia e incertidumbre por descubrir quién eres, te deseo que pases el mejor cumpleaños que hayas tenido hasta ahora, y que a partir de hoy, empieces a ser quien tú quieres ser y seas feliz en todos y cada uno de tus días y sentidos de tu vida.

Felices 18, amor.



😍😚 x millones. 

jueves, 6 de julio de 2017

De vuelta al charco

Suena a plenilunio "Victoria", canción de Keny Arkana; una de esas sonatas que años atrás fueron himno para alguna de mis noches de escribir todo lo que mi cabeza contenía.
Estoy en vilo, de vuelta a mi propio charco repleto de bruma y pensamientos turbios, haciendo lo que más me gusta.
Decidí apartarme de esto por mis experiencias, una vez más...
Porque al fin y al cabo siempre todo me sale mal, o mejor dicho: no como espero, aunque también es lo gracioso de la vida, y, pese a que escriba por y para mí (frase que ya voy a transformar en un clásico de mis escritos), la motivación que me acontecía por aquel entonces, decidió evaporarse sin motivo...
Todo eso quedará en la inopia y en entredicho, porque no soy alguien que hurgue en el pasado cuando le decepcionan más de una vez. No soy como el resto. Sencillamente, soy un cobarde, o, que no me gusta hacer el tonto ni apostar más de la cuenta por algo que no tiene sentido, más bien.
Escogí apartarme, porque escribir me llena pero a la vez me vacía, me encoje el alma sensible que atesoro y no estaba dispuesto a yacer sobre esa mierda de nuevo.
Distanciarme fue la solución.
A pesar de todo no he dejado de escribir, de hacer breves escritos o desnudarme con frases o pensamientos que me envuelven durante mis días. Simplemente quise alejarme de todo esto, pasar a un segundo plano.
Me fui. Me fui a un lugar - mentiría si digo que mejor - pero un lugar, cuya paz y tranquilidad eran el pan de cada día.
Estuve allí, intentando volver a mi yo de antaño; intentando recuperarme, pero, a quién voy a engañar... jamás voy a volver.
He vendido mis principios para sobrevivir.
Abiertos los ojos, quise adaptarme. Quise hacer llevadero todo lo que se me hacía nuevo. 
Me fui lejos, pero lejos de todo. No solo físicamente, sino de todo lo que abarcaba mi vida: de la inercia, de mis pensamientos anteriores... 
Volví. Volví más perspicaz que antes de irme, pero no de la manera que intentaba reencontrar en mí. 
Volví, más observador que antes, más inteligente y más pasota. Dichoso remedio.
Estudié las circunstancias. Decidí pasar de todas las opiniones, hacer en cada ocasión lo que me apetecía... (jamás he sido alguien que se adapte a las masas)
Seguí observando. Me integré. Incluí aquello que había dejado hace muchos años, aquello que un día me las hizo pasar canutas, pero hoy, corren otros tiempos menos complicados para todo eso...
Me disfracé de la edad que no me corresponde; aunque tampoco creo que sea cosa de la edad, pero me metí donde ya no me toca. De nuevo...
Me cansé de escuchar consejos. De tener en la oreja a los de siempre con los mismos comentarios pensando que me volvería a perder. Y eso me demuestra que ni quien más me conoce lo haga realmente.
- Sé lo que hago - respondía siempre (si es que lo hacía)
Me volví un manipulador benevolente. Con un motivo: divertirme pero sin molestar a nadie. Para volver a ganar yo.
Tenía claro que quería volver a mis 16. Ahora tengo un control sobre mi persona que antes no tenía. Y lo tenía claro. Quería pasar por ello de nuevo pero con lo aprendido.
Y es sencillo. Es muy sencillo rodearte de gente tan simple que solamente tiene una preocupación e interés en la vida.
Aquello pintaba bien. Quise seguir jugando a ser un niño, en parte, porque a mí me robaron una parte de adolescencia, y ahora la estoy recuperando. De distinta manera. Pensando. Porque cuando eres un chaval todo es mucho más simple. Te ampara la ley, te protegen tus padres y no piensas ni en porqués ni consecuencias...
Pero ahora me pongo a prueba con un reto mucho más complicado.
Complacer a chavales de una capacidad todavía en pañales sobre la vida que creen que saben todo; los mismos que se toman la molestia de intentar darme lecciones cuando lo único que hago es hacerme el incomprendido.
Ay, la vida triste. Los niños del barrio que se ven en la cima a edades tempranas. Los mismos niños que crees que tienen todo y son plenamente felices con sus colegas y solo están buscando una manera de evadir sus complejos.
Estoy con ellos casi a diario. Los veo en grupitos de veinte como mínimo. A alguien común le extrañaría o envidiaría la capacidad social que amparan, pero, cuando los veo a todos juntos, los veo solos. Estoy con ellos y me siento solo.
Solo veo intereses. Unos a otros haciéndose jugarretas cuando se supone que minutos antes eran los mejores colegas de la faz de la tierra. Mintiéndose y ocultándose cosas a espaldas. Pero el interés es mucho más amplio. Y con la droga de por medio se multiplica.
Al mismo que defienden previamente luego tachan de algo negativo. Y así funciona todo esto, simplemente tienes que saber vivir con ello.
Y, quién me dice a mí que cuando no estoy presente no hagan lo mismo conmigo? por su puesto, está claro que lo hacen. Porque he visto hacerlo a todos y cada uno; a algunos que luego parecen y dicen que son los mejores amigos del mundo. 
¿cómo no lo iban a hacer conmigo si la mitad me importan lo que viene siendo nada y tampoco es que lo disimule?
Pero que aprovechen, que aprovechen ahora. Ojalá yo hubiese sabido pensar a su edad. Los veo tan perdidos, como me perdí yo en su día, solo que ellos se lo toman a cachondeo como si todo lo que les ocurre no fuese tan grave. Como si las drogas y los líos en los que se meten no tuviesen importancia.
Me ven tan cambiado que no me toman en serio cuando me tomo la molestia de advertirles, y, lo más triste, es que más de uno sabe cómo fui a su edad. Cómo fui el más gamberro e hijo de puta por aquellos tiempos... pero en cambio, se quedan en lo triste que parezco ahora, sereno, "maduro"... y eso les queda muy lejos todavía. Ellos verán. No soy quién para privarles de lo que quieran. Es su infancia, y yo viví la mía casi como quise.
Solo les falta tiempo. Tiempo para darse un par de hostias bien grandes y saber que la vida no es solo esa mierda que les rodea.
Ahora se ven como reyes. Se ven en la cima por mover y por pegar y timar a cuatro chavales, pero dales un par de años, que pocos de estos permanecerán juntos.
La mayoría rozan los 18, el límite del todo y el nada, y muchos de los mismos, que hace poco lo rebasaron, hoy en día se sienten todavía más orgullosos de sacar pecho por ser así y flirtear con el peligro.
Para hacer todas esas cosas que tanto anhelaban y de las que pronto se cansarán si no les come la vida. Porque los 18 tampoco son ningún límite de nada. Puedes entrar en asociaciones, en discotecas... pero para la vida seria tampoco son gran cosa. Ya ni mención hago a todos los chavales que son mucho más jóvenes que eso y están sueltos por ahí haciendo lo mismo, pero esto es un 'ghetto' (o más bien dicho, un lugar donde todo lo que se aprende entre una panda de pringados que se creen los reyes de un barrio de pantomima se mezcla)
A la mayoría de todos estos no les distingue de una persona que no cree en sus habilidades sociales y tiene fobia de tratar con la gente. Solo les diferencia una cosa: su habilidad para tratar con las personas sin que les afecte. Y yo soy de las que tienen capacidad para ambas: para tratar con las personas y para que me afecten sus gestos y acciones.
He visto a críos saludar a cinco personas en cada esquina de mi barrio pero luego no salir con nadie. Porque están solos. 
El panorama es una selva. Los cachorros cada vez crecen antes. Con 12 años ya están inmersos en toda esta mierda, y teniendo hermanas pequeñas la verdad que me asquea. Me apena, me entristece. Y a la vez, me enorgullece. Tuve suerte. Tengo una buena familia con unas directrices bastante claras y distintas que las de todos estos críos.
Los he observado a todos durante estos meses, expectante, y debo deciros: que casi ninguno me aporta nada. No aportáis nada a mis días.
He tenido que estar tardes enteras que me han pasado volando sentado en un banco, viendo la indisposición y la falta de ganas de vida e intereses que tienen. He tenido que fingir que me caéis bien, daros la mano y saludaros como si me importaseis. He tenido que dejarme vacilar por niñatos solamente para darles el capricho de sentirse superiores, pero la mitad no valen un "chavo". No daría la cara por ninguno de ellos.
No os debo nada y no quiero que me debáis nada a mí porque solo habéis sido palabras durante un tiempo necesario. Palabras incumplidas e intereses. Y yo callo y finjo. Pero también callo y observo. Pero, digamos que así funcionáis todos. ¿Por qué yo no?
La diferencia es, que a vosotros os absorben las drogas y el entorno; yo todo lo que hago es plenamente consciente y premeditado. Y no necesito depender de todo eso como si no hubiese mañana.

A los hechos me remito.
Tan solo sois marionetas movidas por alguien que os impone más respeto del que imponéis vosotros o intentáis ir de algo que habéis visto por ahí que mola mucho. Y ya sé de qué palo vais todos y cada uno de vosotros.
Estoy deseando que llegue Agosto con ansias para perderos de vista a la gran mayoría. Septiembre volverá y todo será distinto. 

Yo no prometo nada, no soy del rollo que vais por la vida si no sé si voy a poder cumplirlo, pero os aseguro que, durante todo este tiempo, pocos habéis tenido la mala fortuna de saber quién soy, pero yo sí sé quién sois casi todos porque sois transparentes. Y sois todos iguales.
Por algo me fui. Y me fui para bien y con la mentalidad limpia, pero pensar que iba a regresar para lo mismo... qué poco me conocéis y qué orgulloso estoy de que sigáis sin hacerlo.






lunes, 20 de febrero de 2017

Fuiste más palabras vacías que realidad

Dos veces la misma historia. Dos veces huyendo de la misma forma. Prometiendo venir a verme. Ya no digo venir a Zaragoza ni ir a Barcelona porque exclusivamente te apetecía todo eso que decías de mí - cosa que ya sabía que no era verdad - si no que ni si quiera tienes el valor para decirme que no lo ibas a hacer por 'equis" motivo o porque no te daba la gana y, pese a tu auto engaño el cual pretendes hacerme creer que es casual y espontáneo por no saber darme un motivo para pirarte o darme explicaciones que ni merezco ni te apetece compartirme, denotar que yo no tengo importancia dentro de tu vida. Con tus cambios repentinos de un día para el otro: pasando de "interesarte" y estar "bien" conmigo, a tu puro pasotismo cortante sin motivo aparente.
En ningún momento del transcurso de esto pedí que "sintieses" o pensases como yo, ni mucho menos parecido, pero sí creo que, si tan "humana" eres, me merezco una mínima atención sin que tenga que comerme tus borderíos y pagar tus mierdas, al menos para que me digas que no quieres verme, que no vas a venir porque tus amigos que son prioritarios van a verte y por ende no bajarás o que estás hasta la polla de mí. Pero no, es mejor que siga adivinando e intuyendo que no quieres nada mío mas que esté ahí por ti para cuando te aburres.
Luego dime por teléfono eso de: no, fíate esta vez de mí, que te diré cuando bajo; que aunque no vaya te avisaré; que intentaré ir a Zgz si es lo que te hace ilusión (y tal vez ese es el motivo: que me hacía ilusión a mí y no a ti); que quiero verte a ti y dormir contigo, que a "..." puedo verl@ cuando quiera, y bla, bla, bla...
¿Pero tú te crees que nací ayer o soy tan imbécil?
si ya sabía que volverías a hacer lo mismo o a liármela de alguna forma, pero no sé por qué tenía una ligera y última esperanza puesta en ti.
¿Pretendías que en algún momento te hablase yo para preguntarte sobre el tema o cualquier otra cosa si cuando lo hacíamos me quitabas las ganas inmediatamente ignorándome o con tu 'soserío'?
¿Sabes qué? estaba cegado porque estaba en el agujero. Pero..., ¿sabes qué también? te necesitaba. Te necesitaba para ver que estaba perdido y tirando otra vez mi vida por la borda. 
Necesitaba irme y dejar todo atrás, pero necesitaba también tener un bache por el camino (tú) para perder los papeles y desordenarme cada vez que daba un paso para "volver". Como antaño. Como con quien tú sabes y no tengo reparo en hacer referencia.
(Voy a hablar para mí, porque a pesar de tus palabras a ti no te han interesado jamás mis logros ni has mostrado mucho interés en saber de mi vida desde que me fui)
Ahora estoy enfocado en unos objetivos. Sin distracciones, sin hacer el 'cateto' para llamar la atención de quien no me interesa y dándole prioridad e importancia a lo que la tiene. Dándome igual los comentarios y pensamientos ajenos. Como mi "yo" que tanto echaba de menos... y me quiero así porque es lo que merezco.
He vuelto a lo que me hacía liberar endorfinas, y... ¿sabes qué? me siento mucho mejor y despejado.
He vuelto a sentir predilección por las letras, y... ¿sabes qué? no solo por escribir. No, no... también por leer; empezando por tu recomendación la cual pienso terminar pero quiero sacarme de encima.
Y por encima de todo: estoy dedicándome tiempo a mí. Tanto a mi futuro, como a nutrirme de conocimientos otra vez y a mi bienestar físico y mental.
No voy a cambiar mi argumento ni a rectificar nada de lo que te he dicho, pero... ¿sabes una última cosa? ya no te necesito. 
Puede parecer egoísta, pero al igual que tú lo has sido después de intentar estar ahí por activa y por pasiva, sin una etiqueta, haber luchado contra tantas cosas e incluso haberte intentado demostrar, yendo, e incluso verbalmente, cuando te apetecía hacerme caso porque no te quedaba otra, que iba a quedarme. Fuera como fuese. Como uno más.
No eres especial. No lo has sido en ningún momento a pesar de que esté malgastando otra vez mi tiempo en ti. Porque las personas que considero especiales son las que merecen de mí tanto como ellas me aportan a mí.
Me has devuelto muchas cosas, no voy a negarlo; me has enseñado otras nuevas porque de todo se aprende, pero sobre todo, me has hecho volver a ser alguien desconfiado en ocasiones y a "luchar" por algo que no tiene sentido a raíz de lo que me aporta y esa mierda me sobra. Tan solo me querías cuando y como a ti te apetecía: antes y después de ir.
Solo eres otra puta, distinta, por la situación que nos acontecía y mi pasado, pero otra puta más del montón que estaba dispuesta a jugar conmigo como pasatiempo por su fobia a no saber colocar sentimientos demasiado reales dentro de su vida ni saber cerrarles la puerta como es debido (y no me refiero al amor de pareja)
Y, sorpresa: tú has tratado con muchos "cabrones" incapaces de llenarte en un sentido en concreto por diversión o vete a saber tú por qué, y por, perdona que me meta donde no me llaman por no saberlo con exactitud, problemas exclusivamente tuyos, pero tú tampoco eres la primera persona que está dispuesta a marearme por su interés y beneplácito sin importarle cómo me siento.
Lo siento. Bueno, puestos a ser sinceros: no lo siento. Lo sentía porque me notaba culpable de algo que no pedía yo por ser un símil de algo que ya había vivido pero con sus ligeros matices.
Por eso me marcaste tanto: porque inevitablemente, una parte de mi apego hacia ti, era un recuerdo reencarnado de algo que ha estado ahí durante mucho tiempo enquistado pero ya no me traumatiza ni importa a pesar de que tú creas que sí. Pero, sensatamente, no me has aportado nada positivo mas que palabras de esperanza para que siguiese ahí, cuando tú sabías que no querías ya que estuviese.
Y, te lo repito: no voy a negar nada de lo que te he dicho porque lo pensaba así y así mismo lo quería sentir en ese instante: sin ponerle nombre a nada, divirtiéndome con esto sin dar explicaciones a nadie y sin que mis experiencias aflorasen en ningún momento. Pero tú buscas otras cosas de ciertas personas que aparecen en tu vida en un sentido en concreto, o al menos de mí, más allá de ser un capricho momentáneo como los anteriores que yo no entiendo ni quiero a estas alturas porque me estabas volviendo loco. Y yo estaba dispuesto a ser eso porque ni creo que, a pesar de lo distinto que era y lejos que fuimos, era mi primera experiencia así y dudo mucho que la tuya; cada uno con sus cosas externas y sin ninguna explicación sobre lo ajeno porque somos libres y cada uno tiene su vida a parte. A ambos nos parecía bien, pero, realmente: "aquí ninguno de los dos somos tontos", y yo, precisamente, me considero bastante observador e inteligente en el sentido al que me refiero y no me apetece seguir haciéndome el tonto como si no ocurriese nada que no me afectase de lo que te haya sucedido a ti o a mí, otra cosa es que sepamos hacérnoslo muy bien y a los dos nos pareciese correcto. Pero a mí ya no por lo que tengo y las consecuencias.
Quizá te pensaste que quería enamorarme o estar contigo en una relación formal, y esa no fue mi intención en ningún momento porque esas cosas tampoco se buscan ni se fuerzan. 
Cuando volví de Ibiza se me fue el pan, me puse nervioso y se me juntó todo (por eso de irme a Valencia y eso, digo) pero luego en claro, sabía que era una locura y cavilé todo como es debido. A ti también se te fue la olla en su momento y tampoco le dí muchas vueltas.
No te veía ni me veía capacitado a mí para eso, y mejor dicho: ninguno de los dos lo queríamos aunque fuese crudo dar un paso atrás. Pero tu manera de alejarte de mí, sacarme de tu vida o tenerme como a ti te interesa, no concuerda con lo que quiero ni mi manera de pensar. Así que la rehuso al mismo tiempo que me despido de ti.
Soy alguien que se rodea de pocos, y es porque en mi entorno solo quiero personas que merezcan la pena en base a lo que demuestran después de dar yo, quieran estar ahí y quieran compartirse y compartir ratos conmigo. Puedo parecer muchísimas cosas, he tenido mis subidones y bajones y mis rachas buenas y malas, como todo hijo de vecino, pero, en mis peores y mejores condiciones sigo siendo el mismo, con los mismos pensamientos y las mismas ideas de forma de vida ideal que se escapan de lo común o socialmente aceptado. La única diferencia es que, según en qué condiciones me halle, puedo llevarlas a cabo y defenderlas de una manera o necesito convertirme en alguien hipócrita para sentirme realizado y bien con el entorno que no me llena. Y, ya sean como sean algunos, sé de sobras lo que tengo y lo que no necesito. Y, una cosa es que esté dispuesto a estar para rompernos en el sentido que sea de vez en cuando, pero yo no necesito ir detrás de nadie para no conseguir nada por tenerme como capricho en sus ratos muertos ni merezco pagar los problemas internos de alguien que ni si quiera muestra la mitad de interés e ilusión por mí o por contarle sus cosas como lo hago yo.
Al fin y al cabo desde el minuto uno tú has sabido más sobre mí que yo sobre ti porque así lo decidiste.

PD: Tal vez utilizar la palabra "eres" es arriesgarme demasiado porque no lo sé con certeza, pero lo que a mí me gustaba de lo poco que sabía de ti era tu manera de pensar. Mas por lo poco que he visto y sé, lo de tus intereses, las cosas que te "molestan" de la sociedad o que no veías elocuente en mí y todo lo "social" que defiendes lo dejaré como un tema apartado porque me parece un tanto hipócrita según con quién estés o cómo te encuentres... pero bueno, todos somos un poquito así según nos plazca.

¿te parecía que todo lo que escribía por esperar algo de ti que no iba a llegar y creía que quería era con odio y sin motivo? 
No sabes todo lo que guardaré, he visto y callado, ni lo que ya sabía antes de que tú me lo dijeses o crees que no sabía y sé por mi cuenta que me dejaré como recuerdo...

¡Que te jodan a ti y a Las Filipinas!