No hay razón más que esa para que escriba esto.
Como ya dije: las cosas afuera podían seguir su transcurso natural
(a pesar de que no tenía mucha esperanza de ello y creía que nuestra relación se disiparía con los días, la verdad).
Te escondo ante el resto, por el momento, aunque mis y nuestros cercanos sepan de nuestra existencia, porque ya sabes que no me gusta que la gente se inmiscuya en lo ajeno y detesto las redes antisociales.
Cada cual puede ser quien y vender lo que sea detrás de una pantalla, pero la realidad se vive detrás de ella.
(palabras vacías de cara a la galería, demostraciones irreales, falsas amistades, números ficticios...)
Por ello, decido quererte, pero quererte sin que mis semi-conocidos y anónimos se entrometan entre nosotros.
Creo que es lo más simple y real, y me la pela lo que piense o crea el resto.
Es difícil satisfacer a mi cabeza, y seguiré diciendo que es imposible entenderla, pero, más o menos, has llegado a crear un vínculo de conexión con ella bastante peculiar, hasta el punto en el que la misma y mi corazón ya no reman a contracorriente; cosa que creía imposible de causar por nadie.
La verdad, es que amo la soledad. Me quiero y me quería solo. Pero, creo que, aunque insista en el hecho de no querer introducirme en situaciones intensas, hay sentimientos que son ineludibles.
He estado durante meses evitando cosas así por miedo, por desidia, por desinterés y por querer seguir disfrutando de mi vida sin compartirla con nadie. Pero, ¿para qué seguir evitando adentrarte en algo a lo que temes si llega alguien que te hace sentir distinto cada vez que te toca?
Alguien que se hace cómplice de tus miedos, de tus preocupaciones, que ama tu pasado y tu presente, y quiere formar parte de tu futuro sin importarle lo demás.
Creo que es imposible agradar o que alguien te comprenda por completo porque cada persona es un mundo, pero hallar la estabilidad entre atracción, comprensión, sentimientos, interés y demás con otra persona, debe ser motivo para plantearte que su personalidad combina cuanto menos con la tuya.
Entonces, ¿para qué seguir solo?
¿Qué buscar ahí fuera en soledad si alguien te está dando lo que te complementa y ya estás bien contigo mismo?
¿Por qué seguir dentro de la falsa utopía de la melancolía si esa persona permite que combines tu amor propio con el amor ajeno sin descuidarte de ti mismo, y potencia tus virtudes a la vez que reduce tus defectos?
Nada que no se sepa ya, es que, soy un entusiasta de lo incógnito. Y, posiblemente, cuanto menos de tu vida dejas entrever, más factores foráneos a tu favor y menos en contra tienes; si bien es cierto que puede ser ambivalente, con más cosas puedes jugar. Por eso, solo me gusta e intento que sepan y conozcan sobre mi vida quienes me rodean casi a diario; que son los que comparten mis días y mis acciones, y no quienes puedan intuir por fotos, comentarios y demás, historias que no van más allá de la imaginación.
Lo bello de lo hondo no lo experimenta casi nadie...
Es magnífico, y no voy a dejarme llevar por la ilusión del momento, pero el que una persona; inconsciente o conscientemente, sea capaz de reavivar una parte de ti que dabas por casi inerte, entusiasma.
Desde que me fui, hace poco más de un mes, he echado de menos nuestra rutina. No obstante, quizá, deba agradecer el hecho de haberme ido, ya que creo que ha permitido que pasásemos del ambiente ruidoso, aunque cómplice; de clase, a una relación de cariño y confianza llevada a lo inevitable.
Te eché de menos al principio pese a que no quería reconocerlo (lo sabes), y si bien zanjamos todo aquello último como buenamente se pudo, sabía que la confianza se había esfumado en aquel momento. Cosa que, con el tiempo, hemos ido recuperando fuera de la rutina hasta llegar a lo que hoy en día nos atañe; que es incluso mejor que la misma.
Casi nunca he ido detrás de nadie (seguramente por orgullo), pero creo que el insistir en arreglar aquello y seguir viéndonos para recuperar lo que destrocé por una mala noche, en vez de que cada cual siguiese su camino, es de las decisiones de las que más me enorgullezco y menos me arrepiento a lo largo de mi vida.
He podido conocerte algo más y tú a mí. Conectar ambas cabezas y corazones como ciencia infusa olvidándonos de todos esos "peros y porqués". Complementar el avanzar en paralelo cada cual en lo que está metido; tú con tus estudios; yo con mi "curro". Sin agobios. Y llegar a querernos, contra todo pronóstico, de una manera vivaz y sana.
Podría considerar esto como el comienzo de una nueva etapa, contigo, de distinta manera a lo que estábamos acostumbrados estos meses, y no veo mejor momento que este para desaparecer. Para desaparecer de aquí y sin que nadie nos moleste. Para desconectar de todo pero a la vez de nada para no caer en un círculo insano.
Nunca he estado tan seguro de algo; creo que tan solo necesitaba una excusa.
Te q..., y otras cosas que no solía sentir muy a menudo.

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