viernes, 22 de enero de 2016

Misantropía

Algunas personas me miran con cara de pena, como pensando: "pobrecito, no entiende", "qué caos atesora" o "es un inadaptado".
Entiendo. Sí, entiendo y demasiado, tal vez sea por eso que soy distinto.
Yo, llevo demasiado tiempo sin sacar conclusiones de un aprendizaje lineal. Me salgo de los márgenes.
No me gusta ser parte de las mayorías. Me gusta ir a contracorriente. Es tan desolador y a su vez radiante...
Detesto rodearme de mucha gente, prefiero tener mi pequeño círculo de personas diversas y especiales que aportan cosas. Lo cual no quita que trate con muchos, aunque sin pena ni gloria, durante mis días.
Soy radical. Tacho sistemáticamente a quien no me da nada.
Me dan asco las apariencias.
Me desagrada el orgullo y todo lo que conlleva.
Jamás entenderé la obligación inconsciente de acabar a hostias con alguien a quien un día llegaste a querer porque así lo dicta la sociedad.
Entiendo el sentimiento de querer apartar a esa persona por circunstancias, ya sea porque no es sano, porque ya no aporta nada o porque debe ser así simplemente.
Mas nunca, repito, nunca, llegaré a comprender el odio que se genera entre un fin y otro principio.
Ser capaz de tener un sentimiento opaco de cariño hacia tu pasado debería ser lo justo. Por mucho que el sentimiento latente ya no persista en demasía.
No llego a cavilar, que el hecho de que una tercera persona se inmiscuya entre ambos, una vez puesto fin a todo o durante la relación, sea motivo para generar más aversión.
Que sí, que "duele", pero si realmente tu propósito en algún momento fue aportar más felicidad a la vida de esa persona, elucubra, dale vueltas, y piensa que igual alguno de los dos merecía algo distinto; ya fuese para bien o para mal.
Deja volar a esa persona.
Padecer entusiasmo por el dolor, como agradeciéndole el haberte hecho crecer de una manera u otra, debería ser lo natural.
Son experiencias, son cicatrices y, a fin de cuentas, quizá, si hoy en día eres "feliz" a tu manera, sea más gracias a tu pasado que a tu presente. Porque quieras o no los errores anteriores van a ser corregidos de manera involuntaria.
Pero, hoy en día, es más sencillo ignorar eso. Es mejor camuflarte entre mentiras porque esconden el dolor a ratos.
Es simple trasladar sentimientos de una persona a otra y agarrarse a otro clavo ardiendo para ahorrarse una fase de duelo necesaria, como si de un sustitutivo se tratase, mas nunca acaba siendo lo mismo.
El quedar por encima, regocijarte y meter el dedo en la yaga de tu pasado, aun sabiendo que por dentro piensas lo contrario, te da poderío anímico. Te hace creer que sales antes; que no salir realmente, del bucle. 
Porque está mal visto ser sincero. Evocar que algo; por ligero que sea, todavía palpa, o reconocer que hubo algo bueno dentro de lo malo que ahora acontece.
Quedarse con lo infame es algo que tampoco entenderé jamás. Todavía menos, siendo plenamente consciente en tu nueva etapa que tu pasado ya no te atormenta e influye.
¿Por qué no hacerlo? Reconocerlo... Se supone que algún día algo bonito y bueno hubo, ¿sino de qué?
Es triste ver solo el lado malo de lo malo para vivir liberado. Creo que pensar así es vivir atado a la conciencia de por vida.
Me asquean esa clase de personas. Me parecen tan simples e insensibles...
El desamor es muy doloroso, pero también puede resultar bonito. Es más, debería serlo. 
Sois básicos, sois cuadriculados. Buscáis la salida fácil y evitar ciclos. Sois egoístas...
Queréis un estatus social que se construye a base de carecer de fortaleza mental y desarrollar la física e ignorar sentimientos. Eso es lo que os mueve hoy en día.
El poeta o el que realmente vive y siente, rara vez gana frente al borrego imbécil y superficial. No puede. Sus actos no se desarrollan en un ámbito presente.
Lo denigrante y simple pesa más actualmente. Y es una pena.
Da mala imagen ser melindroso, centrarse en el amor y, sin embargo, lo buscáis con estímulos visuales y aparentes.
Sois hipócritas. Queréis que os valoren por lo que sois y buscáis la perfección en un cuerpo.
Dedicáis más tiempo a desarrollar lo que queréis ser que lo que sois realmente, porque nunca está de más aparentar.
Como la chica pasada de peso afligida por su condición física, que se queja de la sociedad y busca que se fijen en ella, pero solo los hombres de buen ver. O la que lucha contra la desigualdad de este sistema y disfruta entrando gratis a las discotecas, aun sabiendo que es parte del reclamo.
Vivís acomplejados y no dudáis en destacar los problemas de los demás para minimizar los vuestros.
Es inútil reivindicar esto. Somos así. Y así seguiremos porque el pavor nos domina y lo malo atrae.
¿Quién está pensando por vosotros?
¿Qué haríais si no tuvieseis miedo?
La mayoría de las personas son una coraza para combatir sus propios miedos y prejuicios.
¿Realmente os conocéis? 
¿O estáis fingiendo para integraros?
Pensad, abstraeros de un pensamiento social conformista. Razonad por vosotros mismos y no por quienes quieran que pienses a su manera.
No voy a cambiar nada. Soy consciente. De hecho, hay situaciones en las que no me lo aplico ni yo, porque es difícil, por el miedo...
¿Cuántos cuerpos de una noche dejaríais de descubrir si fueseis vosotros mismos, ¿eh? 
¿Cuántas oportunidades de desahogar vuestra libido superficialmente abandonaríais por el camino?
Es impensable e inimaginable.
Follar por ocio da caché. Utilizar a personas para reducir perturbaciones propias es algo típico y tópico, porque solo nos importa nuestra satisfacción personal. No voy a descubrir nada a nadie.
Generar admiración; más cerca de animadversión y celos, hacia los demás, te agranda por dentro.
Ni yo dejaría esa vida de lado siendo sensato. Porque a veces es necesario aparentar y fingir, aunque realmente luego sepas que es una mierda.
Claro que disfruto descubriendo cuerpos que no van más allá de lo físico o, que tal vez, no aportan nada más allá de lo carnal. Por supuesto que soy como vosotros, cuadriculado y simple.
Yo también necesito alimentar mi ego, ¿quién no?
También necesito no pensar y actuar en contra de mi voluntad, incluso transformándome en un hijo de puta en ocasiones. Porque hoy en día es imposible ser la antítesis de la humanidad actual.
Pero, la línea moral y ética la pone uno mismo. A la altura que uno quiera... y, es imposible hacer que todo el mundo piense como tú.
Pero, aunque yo me salga de mi cauce en ciertas ocasiones, estoy demasiado lejos de parecerme a vosotros. De veras que todo lo mencionado anteriormente me irrita y asquea. 
La cuestión es que penséis por vosotros mismos, y no para subir peldaños en la escala global de orgullo y apariencias de cara al público. Cosa inaudita. 
La conciencia os lo agradecerá.
Aunque la conciencia es una mierda, no sirve de nada a día de hoy.
Es más sencillo desfogarte, sustituir rápido para no hacerte daño, manipular y odiar mucho. 
Mejor tener a cientos dándote palmadas y, a su vez, deseándote la muerte por la espalda por tus logros. Te reconforta mientras no lo sepas. 
Yo, en cambio, los veo venir a millas y los vuelo rápido de mi círculo. No me causa reparo ignorar o ser borde con quien sé de qué pie cojea. 
Darse de hostias para impartir respeto, ceñiros a lo físico y lo material y el analfabetismo, es lo que hoy en día agrada.
Seguís un estandarte social guionizado porque no os tomáis el lujo de alterar vuestro razonamiento moral.
Celebráis fiestas que ni sentís o/u os interesan porque así os lo dictan. Sois esclavos de los que mueven los hilos desde arriba, y de alguien que fue precursor y se salió del recorrido tiempo anterior. 
Seguís un calendario unilateral repleto de fechas inmorales.
Celebráis navidades siendo ateos por lo material. Os arrastráis por San Valentín y el resto del año ni os miráis a la cara, u os dedicáis a alimentar una relación semimuerta a base de fotos y frases pastelosas para que envidien vuestro delirio de "felicidad". Celebráis días de la madre y padre, y luego acabáis a gritos con ellos y/o ni sois capaces de conversar en la mesa con los mismos. 
Os veo y pienso que sois títeres, puras marionetas descerebradas. Me apena.
La culpa es vuestra, porque rebatís y os indignáis al ver que el mundo funciona así, pero la mayoría colaboráis en ello. No hacéis nada para cambiarlo. Para derogar la mentalidad interpuesta hoy en día y así reducir el miedo. El miedo a ser uno mismo. 
Y con esto no quiero ofender a nadie, es un pensamiento irracional propio.
Algunos están más cerca y otros se acercan menos. 
Es mi pensar alterado y disperso como de costumbre.








miércoles, 13 de enero de 2016

Ambivalencia

Me hallo otro día más intentando salir del bucle, en mi cuarto, y con la puerta cerrada. Irónicamente es donde más libre y cómodo me siento. Tengo puesto de fondo una canción de Ludovico, ideal para enfatizar las ganas de escribir y, de hecho, no tardo en caer en la banalidad. Soy un odiador innato de los ratos muertos y del tiempo libre, porque mi cabeza es ahí donde más guerra me da. Pienso, y basándome en lo que me acontece desde los últimos meses, dramatizo en mi conciencia con el porqué de las cosas. Observo, miro y tomo nota. No soy consciente, no lo idealizo. Me asquea, me repugna, me entristece el ver a individuos incapaces de conocerse a sí mismos, de nutrirse de la belleza de la soledad. Padezco inquina por las personas que no saben estar solas, sobre todo, por las que ansían cicatrizar una herida abierta acortando el camino. Mi entorno es insufrible. La mayoría de los míos son un suceso de buenas palabras y demostraciones de "amor" asqueable. Ver cada día a mis amigos encerrados en ese círculo me da lástima, lo siento. Como se desangran a diario y semblar no tener más vida más allá de su pareja. Supongo que soy demasiado frío y no debería ser así. O quizá es que mis propias experiencias me han convertido en un ser inerte y amargado. Estoy algo confuso. Ya no sé si es miedo, desconfianza o simplemente es que nadie consigue tocar la tecla para llenarme. Debería poner en práctica lo de pensar menos y actuar más, pero no puedo. Estoy perdiendo la ilusión mirando a mi alrededor y viendo esas barbaries irrisorias. Y es que todo esto viene precedido de que estoy viviendo algo similar y, aun así, me veo tan distinto... Metiéndome en terreno personal, quiero decir que, esa chica es fascinante. Me ilusiona, me atrapa, y es la única que ha conseguido penetrar dentro de mi pecho desde que estoy roto. Pero, volviendo a lo anterior, el ver a una gran parte de mi entorno inmerso en un vaivén patético de hipocresía y desidia, hace que se me quiten las ganas de seguir con esto. O tal vez sea que el amor me sigue dando miedo. Ya, no sé. Sé de sobras como funciona esto del querer, pero duele ver a los tuyos viviendo por y para ello y nada más. De ver incluso a algunos, vendiendo amor forzado como el más casual y bonito de todos. 
Qué gratuito y sencillo resulta conocerse a día de hoy. 
Estoy seguro de que dentro de mi cabeza ese es un motivo para echar el freno. No quiero volver a eso, a dejar al resto de lado por satisfacer los deseos de alguien que no sé cuanto tiempo permanecerá a mi vera. No quiero volver a caer en eso y dejar a un lado mi amor propio, a dejar tantas y tantas cosas atrás que, personalmente, me han costado tanto conseguir. Sé que estoy capacitado para dedicarme a mí y a otra persona, que ahora soy más fuerte mentalmente, pero sufro pánico. Me voy por las ramas. Calma. Y es que se me hace complicado desahogarme en torno a esto. Se me nubla la vista, se me olvidan las palabras... Es una situación extraña. Llevo un año entre vaivenes y chicas pasajeras, con un interludio en el que una de ellas decidió sacarme de mi cauce y convertirse en alguien más especial que eso. Pero aquello quedó muerto. Ambos sabemos el porqué y entendimos que era lo mejor. A día de hoy me encuentro en una situación que no he forzado ni buscado yo. Llevo un par de meses así, desde que ocurrió aquello; en las fiestas de Les Corts, cuando apenas nos conocíamos mas que de entablar un par de vocablos en el bar. Desde entonces, el lidiar con esto me hace exprimir el hipotálamo hasta límites incluso dolorosos. Insisto, hacía más de un año que no me sentía así por nadie. Por nadie. 
Supongo que el verla a diario influye demasiado. Pero, yo, que soy alguien complicado, no idealizo el que sea tan único para ella. Y más sabiendo la cantidad de "don nadies" que tiene detrás, a los que ella ignora, no sé si por mí o simplemente porque quiere. Llegar a clase, sentarme e intentar ignorarla; aun sabiendo las ganas que tengo de hablarle, me mata. Como queriendo que crea que ya no me interesa y así se canse de mí para que sea todo más sencillo. Sin embargo, como es costumbre, ella acaba sacándome una sonrisa y alguna palabra. Siempre acabamos hablando de todo. Me dejo llevar, es inevitable. No sé si es lo correcto, lo único que sé es que no puedo pararlo. 
Mi yo "overthinking" tiene la idea de ignorarla - a saber por qué -. Quizá es el miedo, insisto, o que todavía no me veo preparado para querer entregar una parte de mí a otra persona. Estoy tan prendado de la soledad... Ella se ha abierto a a mí, tiene claras sus directrices, y ha hecho hincapié en repetidas ocasiones de las cosas que la he hecho sentir. Ni falta hace decir que yo he hecho lo propio. No quiero entrar en nada en concreto, pero lo que me ha demostrado, sobre todo algunas noches aguantando lo imbécil que soy, es digno de creer que me quiere. Sin embargo, me desencajan un millón de acciones que anulan esas demostraciones de querer anteriores. Tal vez debería hacerla caso y volver al tópico de vivir más y pensar menos en el que tanto me insiste, pero es tan fácil decirlo y difícil ponerlo en práctica... Mi coraza sabe que un sí o un no tiene sus miles de "peros y porqués" detrás, y yo soy de los que les da más vueltas que nadie antes de decantarme por nada. Sé que eso es lo que me destruye, me quema y mata por dentro, pero es inevitable. Su mente me seduce, me hipnotiza, tiene un tacto con las personas que yo jamás he visto. Va ligado de lo sensible e inocente que es, y es por ello que me atrae tanto. Siempre he tenido debilidad por las personas fuertes mentalmente pero que se delatan débiles. Quiero añadir que, este mes de vacaciones y transición, ha dado mucho de sí. Ha servido para que piense en esta situación y me sitúe, ya que el verla a diario me tenía en un intríngulis. Aunque teníamos acordado el vernos durante estas fechas, decidí irme lejos de mis hábitos diarios. Prefería no seguir alimentando todo lo que nos ampara y pensar un poco en mi situación actual. Ahora llevo un par de días de rutina volviéndola a ver cada tarde. Todo sigue igual, la situación me encanta, y me encanta ella, pero me deshace por dentro. 
Vivo una disyuntiva diaria que me gusta y a la vez detesto. No sé como acabará esto. Solo sé que ella es puro amor y quiero disfrutarlo, y mi puto cráneo no me deja. ¿Cómo describo el sentimiento de querer seguir disfrutando de la soledad pero con ella si no es así? 
Soy demasiado exigente. A veces incluso pienso que no hay nadie predestinado a comprenderme y compartir mis días y, quizá sea por eso acabo cansándome de todo y buscándole defectos. Y es que siento celos en ocasiones y, a su vez, estoy tranquilo. Eso no me ocurría con nadie desde hace muchísimo, por la confianza que me transmite, y ganarse mi confianza no es moco de pavo. Pero también sé que aunque sea la segunda persona que me ha hecho sentir especial en ese sentido durante este último año, esto no es amor ni creo que llegue a rozarlo algún día. Más que nada porque, siendo sensato, ahora no tengo el deseo interno de exclusivizarme a ella y lo sabe sobradamente, entre otras cosas por lo ocurrido la última noche, en la que demostró más que yo - para qué engañarnos -, y yo solo hice deleite de lo gilipollas que puedo resultar a veces.
La culpa no es suya, pero si reacciono así ante impulsos, por muy ebrio que vaya o deje de ir, es por una motivación interna inconsciente, así que tampoco debería sentirme del todo culpable y más sabiendo que no es nada mío. Entre eso y otras cosas que ella ni si quiera sabe, imagínate.
Insisto, me encanta, pero hay infinidad de cosas que me echan y echaban para atrás sobre su personalidad y su manera de actuar también. Es pequeña y debo ser consciente de ello, no puedo pedirle que desarrolle su mentalidad como yo quiero para satisfacerme, pero ese no es el problema. 
Con todo lo que ha hecho por mí en tan poco tiempo lo podría pasar por alto de cara al futuro. Lo que pasa es que estoy enamorado del desamparo.
Es como quererla queriéndola querer pero sin querer quererla por querer quererme y no cerrar ninguna otra puerta. Dadle vueltas... Es egoísta, lo sé. Es tan imposible entenderme y vivir en mi conciencia..., lo cual hace que le dé más valor a que ella no quiera cansarse de mí.
Preferiría ser como los demás, como mi entorno; asqueable y despreocupado, y estar entregándome en cuerpo y alma a otra persona por muy repugnante que sea y sin pensar en todo lo demás. Lo único que sé a ciencia cierta a día de hoy es que, cuando me besa, toda esta mierda mental se anula como si nada hubiese ocurrido, mas luego mi cabeza se enfervoriza el doble por ella.



Bendito caos,
¡hostia puta!

viernes, 1 de enero de 2016

Au revoir

Quiero, y creo que aunque vaya en contra de mis estándares, considero el día de hoy tan importante como para compartir una reflexión sobre este año que voy a dejar atrás. Y qué coño, ya que estos días me he abstraído y despejado bastante escribiendo, me apetece.
Se me hace extraño echar la vista atrás y ver con quién y cómo lo empecé y con quién y cómo lo termino.
Todavía en vísperas de la entrada del 2015, recuerdo las perturbaciones que por aquel entonces me atemoraban y los objetivos que quería alcanzar durante este año. 
Es irónico pensar en las vueltas que da la vida en tan solo 365 días. 
Pero, dejando a un lado lo que quiera que hiciese hace un año por estas mismas fechas, quiero hacer hincapié en lo que me ha acontecido durante el transcurso de todo este 2015. 
Cayendo en lo tribal, quiero decir que, para mí al menos, ha sido un año duro; por no decir durísimo.
Pasé lo que pasé durante 8 o 9 largos meses asfixiantes y agotadores, pero ello no me impidió echarle un par para seguir adelante y, gracias a ello, hoy soy más fuerte mentalmente.
Logré gran parte de mis metas fijadas para este año como lo eran: trabajar (aunque fuese brevemente), sacarme mis estudios, curtirme física y mentalmente, y un largo etcétera, pero sobre todo, disfrutar. Y digo disfrutar porque hasta ahora solo me limitaba a ver la vida pasar y a vivir por mero trámite.
He aprendido mucho durante todo este tiempo...
Me gusta que la vida me dé lecciones y aprender a base de golpes aunque sea jodido, pero así se avanza.
No quiero insistir mucho en el mismo tópico, diciendo que lo he pasado mal, que mi año ha sido más duro que el de cualquiera, o que mi vida es una mierda, porque no es así. Aunque sí considero que vivo y he pasado demasiadas cosas no acordes con lo que me tocaba vivir. También sé que es culpa de la mala vida que he llevado y un reflejo de lo que yo he forjado durante todo este tiempo.
Creo que he madurado bastante este año. Y sí, sigo siendo un puto inmaduro en muchos aspectos, pero he adquirido una inteligencia emocional y un saber estar frente a las adversidades que no considero común.
Todavía sigo dándole vueltas a "peros y porqués" más que dedicarme a vivir el momento en algunas ocasiones, aunque cada vez menos. Supongo que eso también es fruto de algunas vivencias. Y es que por muy fuerte mentalmente que me considere, soy persona, y el miedo es algo común en base a tus propias experiencias.
He aprendido a ser libre, a ser yo mismo y pensar por mí antes que por los demás. A dejar atrás el "qué dirán" y buscar mi propia felicidad antes de confiársela a otra persona.
Además, he entendido que las personas no son etiquetas. Que un amigo es amigo en base a lo que demuestra, no por un "título" otorgado hace tiempo.
Que fastidia dejar a gente atrás por orgullo, pero más fastidia afrontar momentos difíciles y adversidades sin ellos al lado porque simplemente ellos no han querido.
Y no voy a repetir que la mayoría cuando se echa pareja se vuelve imbécil, pero sí, os volvéis; me incluyo, nos volvemos imbéciles.
Supongo que todas estas cosas ya las sé desde hace tiempo, pero este año quizá, las he vivido a mayor escala.
Porque es duro ver como un amigo se va porque se tiene que ir.
Como también sé que el amor duele, y mucho. Y eso lo sé desde el día que dejé de ser feliz y quererme a mí mismo, que por aquel entonces, tenía 16 años.
Mentiría si digo que a día de hoy lo soy, pero al menos ya no estoy triste. Disfruto de todo lo que vivo, pero creo que encontrar tu propia felicidad es un proceso más complejo que decir "soy feliz" o divertirte, y mucho más que decirle a alguien "me haces feliz". En el segundo caso, veo hasta ilógico el depender toda tu felicidad en otra persona. En todo caso, es y debe ser un motivo para multiplicar tu propia felicidad. Pero vaya, yo respeto cualquier filosofía de vida y veo lo más normal del mundo el que, cada cual, piense y viva acorde a lo que uno crea conveniente. Mas no me impide decir, que para mí, es una manera demasiado necia de subsistir.
Volviendo a lo del amor, supongo que este año el estar meses perdido y sintiendo un vacío constante debía ser normal.
Porque no voy a echar la vista atrás, sobre todo hacia algo que ya es irrelevante en torno a mi vida. Porque me enorgullezco de haber salido del bucle, y a día de hoy, sigo pensando que fue la mejor decisión que he tomado nunca aunque en su momento me "doliese".
Eso no me impide ser sensato y decir que, durante los primeros meses tuve recaídas, días de nostalgia, días de odiar mucho y de volver a querer, y días de utilizar a personas para acortar el camino de llenar un "vacío" que debía rellenar por otros medios. 
A día de hoy, puedo asegurar que tan solo me queda más que el recuerdo, y que lo único que quiero es seguir forjando un camino en paralelo, como hasta ahora, con aquello que algún día fue una línea secante. Y seguir en su inopia, por supuesto.
Si bien es cierto que he aprendido muchísimo para mejor de todo aquello, no quiero perder un ápice más de mi vida y de mi tiempo en cosas que no merecen la pena, y no aportan más que demostraciones de maldad, inmadurez y puterío barato. Y decir eso no quita que la agradezca todo lo bueno y malo que me dio en su momento; porque lo bueno lo disfruté y lo malo son experiencias que me han hecho crecer, pero como creí antes de dar el paso, terminar así iba a ser duro pero con el tiempo lo mejor para ambos. No me queda suficiente orgullo para no agradecérselo durante el resto de mis días.

El tiempo lo reinvertí y evolucioné como persona, incluso he desarrollado partes de mi carácter que creía necesarias y había olvidado y, a la larga, sirven para mucho.
Porque también aprendes que no todo el amor es dolor, y que cuando sales de un bache te metes en otro, pero vuelves a disfrutarlo.
Que no todo lo que he vivido este puto año es malo ni mucho menos.
He conocido a personas, me he ilusionado con algunas y he vivido cosas breves pero intensas de las que no me arrepiento. Otras de las que sí y, de algunas, por no decir de la mayoría, he aprendido algo.
He conocido lo que es dejar a una persona especial a un lado por circunstancias, pero a su vez, darme cuenta con el tiempo de que era lo mejor, y ser capaz aun así, de convertirse en alguien inseparable.
He vivido lo que es tener a una de las personas más importantes y que más me llenan a día de hoy al otro lado de la pantalla, y tener que lidiar con hablar cada día con ella mas no poder verla a diario.
Sé lo que es repetir una situación ocurrida hace un año con una compañera de clase, pero cambiando a la protagonista, el lugar, el tiempo y mi situación anímica y personal y, asimismo, sentir cosas que hacía muchísimo que mis endorfinas no experimentaban. Más aún, sabiendo que hace un año fue una situación llevada a cabo más por despecho que por impulso.
Sentir el morbo de llevar eso en silencio, y no entrar en la simpleza de pretextar todo esto a terceras personas, como hace la mayoría, es fascinante. Odio lo típico y que otros formen parte de mis situaciones personales.
He descubierto gracias a ello que soy un enamorado de la soledad, que soy muy exigente y cauteloso, mas eso no quita que me encanten este tipo de situaciones y las disfrute.
He comprendido lo que es quedarse solo y lo que es estar rodeado por centenares según te encuentres, pero ni tanto ni tan poco. Durante este año me quedo con 4 personas, a las que podría llegar a sumar 10.

Y, sobre todo, me quedo con este verano. Porque pongo la mano en el fuego que ha sido el mejor de los últimos años por todo lo acaecido y, en ese momento, era lo que necesitaba. 
Doy gracias a todos los que en 2014 no formabais parte de mi vida y a día de hoy sí, porque algunos sois increíbles. Y a los que se fueron, les deseo todo lo mejor, pero lejos de aquí.
Por último y como mención especial, quiero agradecer a las 4 personas más importantes de mi vida el estar un año más a mi lado: Mamá, Papá y mis dos hermanas, que a pesar de todo, son mi única motivación para seguir subiendo peldaños.
Espero, quiero y os deseo a todos que tengáis un año espectacular, plagado de cosas positivas, y que lo viváis al máximo y a vuestra manera.
Sé que soy complicado, que voy en contra de la sociedad porque no me gusta lo común. Que disfruto más con la mentalidad y la manera de pensar de una persona más que con cualquier otra cosa. Que analizo muchísimo a la gente y me doy cuenta de cosas para las que otros pasan desapercibidas. Que me encanta exprimir el hipotálamo apuntando teorías sobre la existencia y la manera de funcionar del ser humano dentro de esta sociedad. Que no me gusta compartir mi día a día ni fotos comunes con personas como haría cualquiera, exceptuando algunos momentos e individuos que considero merecedores de ser un pequeño aporte de cara a desconocidos. 

Sé que atesoro un caos mental; al que muchos calificaríais de inmadurez simplemente porque no tenéis ni idea, y que pienso y vivo las cosas de una manera no muy entendible. Por eso mismo me considero tan estúpido a la par que muy inteligente, y no lo digo por ser un narcisista. Me baso en opiniones ajenas a mí y doy fe de ellas.
Conocerme es casi imposible.

Aseguraría que solo me conocen en mi casa, y a veces, ni eso. 
Soy así y, lo siento, no pienso cambiar para ser uno más entre tantos.
Amadme u odiadme este año también por ser así, pero yo no pienso alterar mi modo de vida surrealista.


¡Feliz año a todos los hijos de puta que me rodean!