jueves, 17 de diciembre de 2015

Intrínseco

La gente cree que soy despreciable, un amargado boicoteando el amor a todas horas y un rencoroso, un antisocial empedernido por no hacer partícipe a desconocidos de mi día a día, o alguien carente de razonamiento extrapolable más allá de mi cabeza... 

La gente cree muchas cosas de mí, todas dispares e incorrectas.
La gente cree que soy raro y, seguramente, es lo único certero que sale de sus cabezas. Más bien diría que soy único, como cada cual lo es en su propia medida.
La gente no sabe que soy demasiado observador, alguien altamente inteligente emocional y, sobre todo, experiencias. 
La gente intuye que la vida es para vivirla con y como TÚ quieres, y contarla a tu manera. Pero no duda en estar en desacuerdo si tu filosofía de vida no combina con la suya. ¿Sabes por qué la gente no me conoce? Porque no se molesta.
¿A cuántos de los que crees conocer realmente conoces?
Yo, lo que sí soy es un odiador acérrimo de las personas que no esconden nada, de las personas planas que no tienen nada nuevo con lo que sorprenderte cuando las ves.
No soy amigo de esas cosas.
Llámame lo que tú quieras, estás en tu derecho. Como yo estoy en el mío de no compartir mi entorno diario ni todas mis vivencias personales.
Perdóname por no querer hacerte partícipe de mi mundología.
Perdóname por no querer que sepas con quién, qué, o cuándo como. Por no querer enseñarte mi círculo de amistades o de personas que comparten mis días asiduamente. 
Perdóname por hacerte creer que tienes a más gente; porque así dejo que lo denotes, y más reales de los que tengo yo.
De veras, siento que para ser una persona especial en mi vida tengas que transmitirme infinidad de cosas, y que aun así, probablemente, no quiera compartirte con desconocidos.
¿Debo pedir perdón por preferir ser enigmático que transparente, también?
¿O prefieres que lo haga por tener la conciencia tranquila sabiendo que quienes se reflejan en mis mañanas, tardes y madrugadas, me conocen algo más que tú?
Si bien es cierto que dudo que con una fotografía se pueda deducir gran cosa, pienso que es un instrumento capaz de hacer sacar conclusiones e imaginar más de la cuenta.

Perdóname de nuevo por querer ser anónimo cuando puedo. Por preferir contar a quien yo quiero lo que hago y no darle importancia, a lo que quien no me importa una mierda, pueda deducir sobre mí. 
Lo siento, siento ser yo mismo y vivir a mi libre albedrío, y no seguir un patrón social característico al que la mayoría otorga hoy en día.
Siento tener más cosas que contar y menos que inventar cuando veo a personas, porque me gusta dar pie a pocas deducciones sobre lo que hago o dejo de hacer.
Joder, estoy cansado de pedir perdón, pero debo hacerlo para ser uno más entre cientos, para integrarme...
Lo siento, y con esto acabo, por no querer divulgar todas las fiestas que me acontecen y hacerte colaborador de ellas. Siento que no sepas que salgo casi cada fin de semana porque no lo reflejo. El no transmitirte lo que he hecho, a quién he conocido, o con quién me he peleado allí o a causa de ello.
De verdad, perdóname por no hacer un alegato de quién me hace sentir cosas, de quién ha penetrado en mi pecho estos últimos meses, o quién ha sido un torbellino de una sola noche. Por preferir esconder mis sentimientos y a quienes me hacen sentir especial ante el resto.
Quiero que me perdones por ser yo, y por ser diferente a la "praxis" común. Por pensar de una manera no lineal y habitual, y por tener ideas propias de antisociedad y, aun así, tener amigos y gente que me rodea. 
Siento ser tan yo y tan poco tú. Y, sobre todo, siento de verdad que no me conozcas. 
Pero, si mi burbuja es la polla no pienso salir de ella.




jueves, 3 de diciembre de 2015

Al margen

Siempre he pensado que soy una persona a la que le gusta pasar el tiempo sola. Cada vez que he buscado en el tiempo, no veo a mi alrededor a demasiadas personas, obviamente sin contar a mi familia. Me refiero a esas personas que vas encontrando en la vida, que se van acercando a ti por un vínculo especial, a esos extraños que tienen tanto en común contigo que se vuelven una parte importante en tu vida.
Creo que no soy una persona de muchos amigos, y es que considero que una amistad real y verdadera no es símbolo de cantidad. La amistad se debe medir por la calidad y no por el número de “amigos”. Las personas que estén en mi vida deben ser las indicadas, las que hagan de mí alguien mejor.
He aprendido que todo llega a su tiempo, que nada es casualidad, que no hay errores, hay experiencias, que no te debes arrepentir de algo que hiciste, pues en su momento fue algo que quisiste hacer. 
He aprendido que si algo no sucedió como esperabas es porque no debía pasar así. Todo tiene su tiempo y su momento. Y si esas personas que considerabas tus amigos, o creías que de verdad les importabas, se fueron, tranquilo, simplemente no debían estar en tu vida, pues cuando alguien es para ti, no importan las circunstancias de una u otra forma, la vida se encargará de juntaros.
He aprendido también que no eres el héroe de nadie, que no debes ser complaciente o tratar de hacer feliz a todos, solo necesitas ser tú, porque en el intento de cambiar tu forma de ser por alguien más, puedes encontrar un sentimiento de soledad en lugar de alegría. Y bueno, no importa si esos “amigos” se van de tu lado por no ser lo que ellos esperaban, ellos no te merecían, y siempre es bueno estar solo un cierto tiempo para encontrarte a ti mismo, para reflexionar y crecer espiritualmente, para saber y aprender que tú mereces algo mejor, para entender que en tu vida hay personas que no necesitas.
Esas personas que no necesito, esas personas que no deberían estar a mi lado son personas nocivas, personas que se deben ir, no importa si a mi lado solo se quedan uno o dos, sé que ellos serán las personas correctas. Y en mi vida no necesito a personas que hagan que cambie mis convicciones, que cambie mi esencia, que tenga una careta; no necesito a personas que me critiquen pero que no escuchen mis críticas, no quiero a mi lado a alguien que me haga sentir que no soy especial; no me merece alguien que solo se acuerda de mí cuando necesita algún favor. No necesito a esas personas que cuando están a tu lado te adulan, pero giras y hacen de tu imagen la peor. Y aunque no las necesito en mi vida, sé que llegaron a ella por una razón en específico, para enseñarme, porque gracias a ellos he aprendido cómo no quiero que sean mis amigos, gracias a ellos ahora sé que no todos los que te rodean quieren lo mejor para ti, no todos los que están a tu lado están buscando tu bienestar.
Estoy agradecido por haberlos conocido, pues definitivamente han sido de mucha ayuda en mi vida. Sí, me han ayudado a poder elegir, a poder diferenciar y valorar a esas personas que sí me merecen. 
Y hoy estoy completamente agradecido con aquellos que llegaron a mi vida en el momento preciso, a los que busqué y encontré en el tiempo indicado, y a los que se quedaron en mi vida para acompañarme en este camino tan difícil y complicado que es la vida.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Felizmente triste

Podría empezar estas líneas con aquella famosa canción de Lola Flores que dice: ¡Ay, pena, penita pena!

Seré breve. A pesar de que sea un apasionado de todo tipo de intelecto, no me siento cómodo desnudando mi inteligencia intrapersonal para hablar de lo que quiero aunque suene sarcástico.
Me gusta sufrir. 

Bien, quiero aclarar esto.
No es el hecho de que me apasione vivir entre penurias, pero sin concretar nada, llevo bastantes años haciéndolo y ya me he acostumbrado.
Todo el mundo tiene sus penas en casa y fuera de ella, y yo, no quiero ser más que nadie en ese sentido. Pero como ya dije en alguna ocasión anterior: considero que vivo y he vivido cosas que no me tocaban, simplemente por imbécil o porque me las he buscado yo por mi mala vida, y porque de pequeño siempre me llevaron en volandas. 

Siempre he estado muy presionado: que si el niño no atiende es hiperactivo, que si sufre adicciones es por equis motivo, que si tan joven se tatua o hace un piercing es un antisistema y un problemático...
Si hubiese podido, debería haberles dicho en ese momento a todas esas personas: ¡Dejadme en paz!
Siempre han pensado por mí. Han intentado que me adapte al modelo de vida de los demás, que estudiase como ellos querían e hiciese lo mismo que mis compañeros. Desistieron de mí, me hicieron creer que se preocupaban, mas lo único que querían era que no enturbiase el panorama. Me quisieron hacer creer que tenía problemas enormes e irreparables, trataron de cambiarme para ser como ellos querían que fuese y casi lo consiguen, solamente por tener los problemas propios de alguien a una edad adolescente que, hoy en día, cada vez son más comunes.
Me tuvieron durante mi adolescencia anestesiado, siendo un conejillo de indias, y ahí fue cuando sí empezaron a crearme los problemas que desarrollé después.
Es verdad que maduré muchas cosas en esa etapa, solucioné problemas y dejé una vida agresiva e insana atrás, pero no tendría que haber pasado ese trámite si no me hubiesen inducido ellos a eso.
Si me hubiesen dejado pensar por mí mismo, si no me hubiesen obligado a llevar un camino recto, seguramente hubiese crecido o me la hubiese pegado antes, pero al menos hubiese sido siendo yo mismo.
Acabé harto de las personas que intentaron cambiarme, de aquellas que intentaron hacerme creer que me estaban echando una mano y tan solo estaban desempeñando su trabajo.
Estoy seguro de que si no me hubiera faltado mi abuelo nada de lo primero hubiese sucedido, y, por ende, nada de lo que vino después. O sí, pero me hubiese ayudado él a enderezarme sin querer cambiarme.
A medida que fui creciendo, llegué a la conclusión de que soy una de esas personas que sobresalen ante el resto, esas que te encuentras entre una de cada cien, una persona distinta...
Soy alguien diferente, que no lleva ni ha llevado nunca una vida acorde a lo que debería ser, pero no me desagrada; es más, me gusta.
Volviendo al principio, a lo del sufrimiento, podría asegurar que me creo más fuerte que muchos por soportar lo que soporto y haber aguantado tanto durante todos estos años. 

He estado en el agujero demasiadas veces: que si problemas familiares sobrellevados al extremo, amores sufridos más de la cuenta, fracasos: deportivos, escolares etc..., lesiones, enfermedades de todo tipo... y siempre he logrado salir de él, aunque claro, de muchas de esas cosas me han quedado secuelas físicas con las que voy a tener que vivir hasta el día en que me muera. También es por mi psicología y por salir, más tarde que pronto, por querer hacerlo a mi manera en cada caso.
Por eso creo que vivir mi día a día es de valientes y es soportar mucha carga. Que no estoy en casa de nadie para saber lo que vive cada uno de vosotros, pero no me hace falta para saber que con veintidós años, lo que paso a diario desde hace séis, muy común no es. No es una vida fácil - lo aseguro -. 

Pero me alegro de todo eso en gran medida porque estoy creciendo dentro de mi cabeza más que el resto. No estoy para nada lamentándome, aunque sí me queda algo de rencor bien adentro.
Si bien es cierto que en clase o desempeñando algunas tareas propias de mi edad, no hago nada por desinterés o no sé hacerlas; y quien comparte mis días lo ve, luego cuando hago algo que disfruto, rozo lo correctísimo. Soy muy perfeccionista, pero solamente con las cosas que me apasionan y, de eso, hay poco en esta vida. 
Estoy acostumbrado a escuchar desde que era un zagal que soy un talento desaprovechado por falta de ganas; no creo que sea así, ya que es un "defecto" que estoy transformando en cualidad con el paso de los días. También he sido así por las presiones y por envidia, porque se me han dado bien muchas cosas a lo largo de mi madurez, pero entre que me han obligado a hacerlas de una manera exacta que, seguramente, no era la que mejor desarrollaba mi potencial, y que muchos hijos de puta han intentado hundirme por el camino, muchas veces he cedido ante la falta de confianza que atesoraba y que terceras personas me crearon. 
Afortunadamente eso lo he perdido a medida que he ido prosperando. Estoy aprendiendo de la vida más rápido que ninguno a base de palos y de adquirir aquellos conocimientos que de verdad me interesan.
En realidad, de la vida tal y como quieren que la veas para insertarte, no sé casi nada, pero sí de las bases para abrirme un camino propio para llegar a tener un futuro y encontrar un equilibrio interior apetecible.
Me encanta mi cerebro aunque a veces me haga pasarlas putas, me fascina pensar por mí mismo e ir al revés de todos. Soy tan extraño que, a lo mejor, tengo una idea opuesta a la mayoría, y si esa idea propia empieza a ser tendencia, intento buscarle otra contraposición a esa oposición previa. ¡¡¡Es exagerado!!!

Pero me gusta, me gusta y ayuda el darle vueltas a un montón de cosas que los demás pasan por alto - de veras -.
Disfruto siendo así; saliendo de unos límites marcados.
Vivo de manera infrecuente, hago cosas atípicas pero que en mi cabeza no lo son tanto. Mi lógica se escapa de la mediocridad y es un alivio para mí; el ser un incomprendido, el tener a tan pocas personas que creen conocerme y, aun así, tampoco me conozcan tanto como creen.
He llegado a la conclusión de que solo rozo la "felicidad" viviendo así. Me hacéis ser una persona triste, otro en mi lugar estaría desgañitándose, pero yo disfruto en la superficie de la tristeza. Porque sí, porque soy frío, porque estoy acostumbrado a sufrirla y no me gustaría vivir al revés de lo que tantos años llevo mamando, porque entonces sería alguien normal, alguien casi perfecto, alguien con sus pequeños problemas no influyentes en el día a día. Sería alguien como vosotros y eso no mola.
La felicidad es una percepción difícil de describir, pero desde que decidí empezar a entrometerme dentro de la psicología de las personas, interesarme por ese campo y leer sobre ello, y vivir de una manera asintomática y bohemia a mi manera, creo que es cuando más cerca he estado de rozar la satisfacción de mi cerebro a base de serotonina. Porque desde pequeño intentaron meterse dentro de la mía, y ahora me agrada ser la antítesis de esa línea marcada que me querían interponer, y delirar preguntándome por qué las personas son o deben ser así.

Hoy no soy el reflejo exacto de lo que debería haber sido si no me hubiesen sacado de mi trayectoria, pero creo que cada vez estoy más cerca de encontrarme con el punto medio de mi sino; hubiese vivido esto o no.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Anhelo

Siempre merecí algo mejor y por eso me fui. Mejor solo que mal acompañado 
- dicen -.
Ni si quiera me acuerdo de su rostro, mucho menos de su cuerpo; no es un recuerdo agradable a estas alturas. Y creo que después de haber sucumbido ante el encanto de otros es lo último de lo que quisiera acordarme.
Pero, la verdad es, que todavía tengo sueños húmedos pensando en esa furcia. Sí, aún la recuerdo.
Algunas noches la veo suplicar clemencia, de rodillas, con ojos llorosos. Caso omiso, un sutil disparo en la nuca de esa "hoe" hace que caiga lentamente hasta desplomarse.
Me giro y me desvanezco entre un fondo oscuro.
Un sueño breve pero fantástico.
Luego despierto y el orgasmo se hace llevadero, aunque estaba más guapa muerta.
Esa puta miserable no merece menos, pero es solo eso, una bonita utopía...

miércoles, 29 de julio de 2015

Disturbios

Hoy, he dejado por fin atrás este calvario que he arrastrado durante nueve meses. Nueve meses sufriendo a trozos, en silencio, solo compartido con quienes creí conveniente. Nueve meses privándome de cosas comunes y echándole un par a muchas de ellas durante el día a día. Nueve meses en los que he tenido que callar mucho en contra de mi voluntad. Nueve meses en los que me he dado cuenta de la fuerza interior que tengo, pues ha sido una de las etapas de mi vida en la que más he crecido a nivel personal. Dicho lo cual, hace que para mí tenga más mérito ya que he tenido que lidiar a la vez con esto, pero también ha hecho que acabe agotado mentalmente.

En definitiva, nueve meses en los que he intentado aparentar normalidad y, de hecho, así ha sido. No he dado la nota mas que con la gente necesaria que sabía que me iba a comprender con esto. He ido haciendo mi vida como de costumbre dentro de lo que cabe, pero, sé que, sobre todo al final, alguno que otro me ha notado distinto y distante. Y es que los altibajos me eran difíciles de controlar ya. 
No soy muy amigo de compartir el día a día ni mi vida, pero sí lo soy de hacer largos escritos sobre lo propio a modo personal. Creo que esta es una de las pocas excepciones que tenía que compartir porque a más de uno le debía una breve explicación dentro de mi conciencia. 
Alguno tenía constancia de ligeras pinceladas, aunque creí que lo mejor era mencionar pequeños detalles o contar la historia a medias para no agotar a nadie. Al menos hasta que fuese a peor o pasase todo, como así ha sido.

Lo hice por mi bien, y más sabiendo que en las malas me sobra una mano para contar realmente quién sé que va a estar. Sin embargo, obviando a mi familia que ha sido mi fuerza, hay cuatro personas que han sido conscientes de ello al completo durante todo este tiempo. 

Si no fuese por vosotras hubiese tocado fondo en más de una ocasión. Gracias por todo, os debo amor infinito.
Los demás, no os hacéis a la idea de la mierda que he tragado, m
as no me gusta hacer el papel de sufridor y dar pena.
Pero, es muy sencillo decir: "Vente", o fingir que te importa lo que te estoy contando creyendo que no es para tanto. Pero, más fácil resulta ver los toros desde la barrera y juzgar sin tener noción de nada y en base a la apariencia que uno intenta mostrar. 
El que me conoce sabe lo sensible que estuve años atrás por temas psicológicos, y no me avergüenza decirlo ya porque no es algo grave y hace bastante que lo superé con mis dos cojones. Pero también sé de alguno que se ha dignado más en hablar mierda a mis espaldas sobre posibles recaídas y en base a mi actitud, que en preocuparse de por qué estaba así. 
Quizá aquel que cree que me conoce tanto no me conoce tanto como él cree. 
Que era yo el que perdía el culo por una piba y ahora son otros quienes tienen esa prioridad. Luego demuestran que aun sintiendo que debía contarles esto, no se les veía muy receptivos. Porque por poco que supiesen sobre esta historia, les fastidiaba más el hecho de dejarles plantados que el motivo aun sabiendo la gravedad del asunto.
Por ello he tenido que dejar tanto atrás, a muchos de lado y apartados en más de una ocasión. 
En general no me arrepiento, porque la mitad de estos a los que considero "amigos" cada vez me resultan más desconocidos, aunque a veces, sí me haya jodido el hecho de "fallar" a alguno en contra de mi voluntad, pero, la verdad, con el tiempo y situaciones así, te das cuenta de quién está y para qué. Que quien antes estaba para todo, ahora solo es alguien con quien salir a distraerte y poco más. Y a veces, ni eso. Que a quien ignorabas y con quien tuviste miles de peleas en el pasado, ahora te demuestra lo mucho que le importa verte así de raro y se convierte en alguien inseparable y, que hasta con quien has tenido un pequeño affaire reciente, por breve que haya sido, entiende el hecho de dejar eso de lado por tu situación y decide apoyarte como una más. 
Soy y he sido un tío fuerte durante todo este tiempo, y es que no me iba a pasar el día lloriqueando tampoco. Lo del victimismo se lo dejo a otros. Yo, hace bastante que aprendí que dando pena no llegas a ningún lado, y menos ante gente que está en tu vida de relleno o solo en las buenas. Por eso mismo he vivido entre dilemas durante meses.
Ha sido un año extraño. Preferí, a pesar de todo, pasar esto en la sombra y en la inopia. Escribiendo. Eso y mis dos grandes pasiones que son la música y el fútbol es lo que más me ha liberado realmente. Y es que por muy fuerte que me sintiese, altibajos tiene cualquiera y para eso, prefiero contar con lo que me llena y con quien me ha demostrado que vale realmente. 
Es bien sabido lo poco que me gusta compartir fotos sobre mi vida o con gente, pero supongo que durante los últimos meses he sobrellevado esto al máximo, hasta el punto de pedir a más de uno que no subiese nada mío y yo tampoco hacerlo sobre él/ella. Supongo que cuando vuelva a la normalidad tendré que hacer un collage con la cantidad de mierda infame que no quise subir en su momento.
Esto no es un discurso para apenar a nadie, insisto. Es una aclaración que a muchos no les conviene, pero a otros tantos siento que sí. 
Probablemente, si has llegado a leer hasta aquí, seas de esas pocas personas a quien va referido esto. 
Dicho todo, espero que todo vuelva a su cauce natural. Creo, y esto es una arenga personal, que yo y mis huevos nos merecemos seguir disfrutando de este verano de puta madre pero al cien por cien, que hasta ahora estaba haciéndolo al cincuenta y quieras que no, no es lo mismo. Porque hace falta muchísimo más para tumbarme o verme hundido. Siento desilusionar al que quiere verme pasándolas putas. Que yo he tragado con esto, pero pese a ser tan gilipollas a veces, soy demasiado afortunado de tener lo que tengo. Solo que, de vez en cuando, la vida te pone trabas que tú decides cómo afrontar. Normalmente, las personas inteligentes suelen reaccionar, las temerosas siguen ancladas en su vórtice de infelicidad conforme viendo la vida pasar sin que nada cambie, porque suele ser más cómodo. A mí me ha servido para reestructurar y relegar a cada cosa al lugar que merece. Y lo que tengo ahora no lo cambio por nada anterior. 
Porque ya me da igual el tiempo que lleves a mi lado y lo que hicieses hace años, eso no te da crédito para interesarte cuando te conviene el resto de tu vida. Que estoy cansado de ir con buenas caras para seguir alimentando relaciones que están muertas. Y hasta la polla del "me importas" y el "¿quedamos?“ por interés, cuando la mierda luego me la he comido sin esos que dicen ser "amigos". Antes, era partidario del "cuantos más mejor", a pesar de que algunos dejasen entrever el interés que les mueve. Y así funciona un poco la vida, quien más quien menos alguna vez se mueve por interés y necesita gente para socializarse. Me incluyo. De hecho, hay gente que está ahí porque tiene que estar. Pero, digamos que, cuando viene de alguien que considerabas importante y empieza a sobrepasar el límite de interés y desinterés, toca un poco las pelotas.
Casualidad o no, la mayoría de estos a los que me refiero tienen pareja. Y no, yo no he pedido a nadie indirectamente que esté más pendiente de mí o que quede más conmigo que con su pareja. ¡Acabáramos!
Cuando tienes pareja hay prioridades que ni los colegas pueden cambiar, es obvio. Yo, soy partidario de que cada uno haga con su vida lo que quiera. Pero hay personas que saben sobrellevar ambas relaciones y, de hecho, alguna me lo ha demostrado. Y otras que son absorbidas y se vuelven gilipollas. 
Solo pedía un poco de interés verídico no de boquilla. Nada más. 
Luego si me he distanciado de ti, analiza esto a ver si te sientes identificado.
Aunque bueno, supongo que no soy el más indicado para dar lecciones sobre como compaginar ambas cosas.
Dicen que "no hay mal que por bien no venga" y que las etapas jodidas son las que te hacen aprender y evolucionar antes o adentrarte en un bucle infinito de lamentaciones. Visto lo visto, agradezco indirectamente el haber vivido esta situación de mierda, porque soy de los que aprende y reacciona a base de hostias y, quizá, si no fuese por esto, seguiría rodeado de algún que otro personaje y sintiéndome culpable indebidamente de mis actos. 
Nunca me he considerado una persona común y eso es fruto de la vida que he llevado, supongo. 
Soy un "overthinking" que piensa demasiado en porqués y analiza todo hasta exprimir el hipotálamo. Que quizá se toma demasiado a pecho la vida más que dedicarse a vivirla sin pensar como el resto. Y que después de tantos palos familiares, personales, desamores y desencantos, supongo que solo le quedaba vivir una temporada inmerso en otro bucle, esta vez, yendo de médico en médico y no por cualquier tontería, hasta día de hoy, para volver a darse cuenta de que necesitaba un cambio y no seguir desperdiciando la vida como un imbécil. Perdiendo el tiempo con inútiles o ilusionándose con personas que dicen más de lo que al final acaban aportando realmente, o haciendo cosas por los demás más que por uno mismo.
Mi vida es un torbellino. 
He sido un hijo de puta con quien no debía por pagar mis errores. He sido demasiado bueno con quien nunca estaba o no lo merecía. He dejado atrás cosas en contra de mi voluntad porque no había más remedio. He tenido que distanciarme muchas veces sin saber explicar el porqué. Me faltan personas y me sigue sobrando gente. Hay varias a las que echo en falta y otras de las que no me arrepiento de haber dejado atrás. Algunas me deben tardes enteras, otras madrugadas y, hasta guardo un vacío difícil de explicar y rellenar por una zorra hija de puta a la que ya ni si quiera aprecio y que me debe media vida y parte de mi cordura. Alguien tan mezquina y ruin, capaz de acusarme de victimista al intentar explicarle dicha situación vivida; de la cual ella ni si quiera ha sido partícipe ni ha estado a mi lado para juzgar nada, por estar más preocupada de mamársela a su nuevo novio y escondida en su caparazón de orgullo y odio.
Pero así funciono yo. Necesito vivir en un desorden continuo para ser feliz. Y que me den hostias sin cesar hasta abrir los ojos.

Para entenderme, a veces, hace falta estar muy "ido", y para llegar a comprender la cantidad de basura interna que atesoro; llámalo caos, olvídate. Pero, a veces, no es entenderme a mí o lo que pienso y hago, es conocerme. Y conocerme me conocen en mi puta casa y tres más. Tú, probablemente no. 




¡Paz y que os jodan! (respectivamente)